Diciembre

28 de noviembre 2025 - 03:06

Diciembre tiene la costumbre de cambiar el foco sin avisar. Ajusta la perspectiva y hace que miremos el año con esa mezcla de lucidez y distancia que aparece cuando algo está a punto de cerrarse. Entonces repasamos lo que hicimos, lo que dejamos a medias y lo que simplemente no llegó a tomar forma. Es una revisión práctica que permite reconocer aciertos, despistes y decisiones que quizá merecían otro rumbo.

Y ahí aparece de nuevo la idea de la suerte: esa presencia esquiva que tratamos como un pacto tácito con la vida. No tiene nada de mágico; suele activarse cuando hay intención, un mínimo de coherencia y algo de movimiento real. A veces la llamamos energía, otras casualidad, pero casi siempre responde mejor cuando uno lo hace bien sin esperar que las cosas se alineen como en una película.

Claro que no todo depende del azar. Muchas veces avanzamos por la manera en que interpretamos lo que sucede, por la calidad de las conversaciones que nos atraviesan, por ese gesto de valentía discreta que cambia la dirección del día. La suerte ayuda, pero la lectura fina del propio camino suele ayudar más.

Eso no impide que existan momentos inesperados. La vida todavía se permite esos pequeños golpes de efecto: un encuentro que no estaba en el guion, una coincidencia que abre un camino, un giro que aparece justo cuando necesitabas otro aire. Pero incluso esas irrupciones necesitan que uno esté atento; la suerte no se presenta por compromiso.

Diciembre también sirve para poner en perspectiva los propósitos. No son verdades absolutas: solo puntos de referencia. Algunos avanzaron porque estabas en el lugar adecuado; otros se aplazaron porque aún estabas afinando la versión de ti que podía sostenerlos. Lo pendiente sólo necesita tomar un poco más de forma. Y lo que salió bien no surgió por arte espontáneo: fue la consecuencia natural de una mezcla sensata de hábito, intuición y decisiones tomadas con convicción y método.

Al final, la suerte suele llegar cuando ya no necesitas que lo haga, como si esperara a que entiendas que puedes avanzar por tu cuenta para, en ese instante, orientar un poco el rumbo a tu favor.

Y ahora que el año se replantea y otro se abre paso con su habitual ímpetu, queda la pregunta que realmente importa. ¿Qué vas a mover hoy para que lo que viene no dependa solo del azar?

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