Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Siempre remito los artículos al periódico con la entradilla “espero que llegue bien y sirva”. A veces, como en esta ocasión, cuando me retraso en la entrega sobre la hora habitual de envío, añado un “perdón por el retraso” y, cuando tocan fiestas o vacaciones, además introduzco un deseo de que se pasen bien y cundan mucho.
Ahora, en unos días, yo lo dejo casi todo por un rato, como muchos, como cada año. Es una liturgia resetearme largo cuando termino mi año, que yo lo empiezo de nuevo en septiembre, y, con menor intensidad, hacer unos mini parones cuando de verdad cambia el número. Pero desconectar del todo, desenchufar de la red el aparato, lo hago ahora.
Es sano. En años como éste, imprescindible. El próximo no tengo idea de cómo va a venir. Invierto tiempo y táctica en que una estrategia de mejora acontezca, y creo que por ahí van los tiros, aunque pueda ser para muchos, si se confirma, una locura estrambótica y excéntrica, pero yo ando ilusionado y, al mismo tiempo, liberado. Ilusionado porque se trata de llenar estos días y, si todo marcha, los que vengan en el año nuevo, con un montón de cosas que son buenas, positivas y reales y que cuentan con las ganas de querer vivirlo. Liberado porque el mero planteamiento, con independencia de su resultado, me quita de un plumazo la penosa carga tóxica que casi llega a horadar la piedra que visto. Estoy tan agradecido por lo vivido que ardo en deseos por agradecer no vivirlo. Son los valiosos días sin, para los que entrenaré con detalle mientras recomienzo.
Lo que no sobra nunca eres tú. No ha sido fácil, lo sabes y quedan cimas altas. Igual esta vez no hay calles serpenteantes de piedra ni mares con pececillos sin miedo ni vergüenza, pero un salmonetito en la casa de Juan o cuatro palos que cocinen un vuelta y vuelta en el campo ya son espectáculo. Y a lo mejor viene un desierto –algún imbécil pensará que eso es malo–. Ya te digo, sin: importa que esto llegue bien y sirva. Los demás, ya se sabe, si se quiere, a la vuelta, nos leemos.
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