Mensaje en la botella

El curso del covid, otra vez

La sensación es que hay muchas más garantías de éxito que hace ahora un año

Septiembre es el mes de la palabra curso: el político, el universitario, el escolar, el judicial, el laboral... La rutina vuelve a apoderarse del día a día tras un verano que se supone de cierta relajación y descanso -para el que pueda-. Y así hemos llegado una vez más a la actividad en las aulas, a esa jornada que marca la vida de muchas familias porque los hijos vuelven al colegio. Leemos que ha arrancado el tercer curso escolar del covid, lo que viene a recordarnos que la antigua normalidad queda ya muy lejana y que habrá que esperar a la que en su día llamaron "nueva", aunque tal vez deberíamos ir pensando en una denominación distinta, como la de nueva realidad.

Técnicamente, es cierto que arranca el tercer periodo escolar marcado por la pandemia, aunque ninguno de ellos ha sido similar al anterior. Así, convendría refrescar la memoria para recordar que el primero, desde marzo a junio de 2020, fue el de la huida total de las aulas. El coronavirus nos pilló de sorpresa, nos encerró en nuestros hogares y desencadenó que el aprendizaje de nuestros menores quedara en suspenso. La Administración, sin saber muy bien qué hacer, fue poniendo parches al sistema, hasta el punto de que todo quedó en la buena voluntad del personal docente, de manera que empezamos a ver quién estaba comprometido y quiénes, simplemente, se dedicaron a verlas venir.

Luego vino el segundo curso del covid. Protocolos, incertidumbre, errores de bulto en las decisiones de los gobernantes, rectificaciones y vuelta a una actividad lectiva diferente. No faltaron los agoreros que pronosticaron un desastre que, por fortuna, nunca llegó, ya que la actitud de toda la comunidad educativa -familias, alumnado, personal docente, administrativo y laboral, así como de la consejería- lograron salvar la situación. De hecho, su comportamiento -el de todos- aún no ha tenido el reconocimiento social que merece pese a las tremendas dificultades.

Ahora llega el tercero, que nada tiene que ver con el anterior, pero que pondrá de otra vez a prueba a toda la sociedad. Regresa la presencialidad, con el aval de que el proceso de vacunación permite dar este paso adelante. Los protocolos se han adaptado y mejorado en la medida de lo posible, y los colegios, institutos y universidades empezarán a parecerse mínimamente a lo que conocíamos antes de la pandemia.

La sensación general es que hay muchas más garantías de éxito que hace justamente un año, pero no por ello debemos caer en un exceso de confianza. El mensaje de la prudencia es el que debe primar frente al triunfalismo, entre otras cosas porque ya se sabe en qué manos estamos en materia educativa en esta tierra cuando se trata de tomar decisiones ante posibles adversidades. Han pasado tres cursos, pero el covid sigue ahí fuera. No lo olvidemos.

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