La amnistía sale a la calle

A Feijóo le falta carácter y a Sánchez le sobra altanería. Ambos intentan seguir en sus sillones: en Moncloa o Génova

Un Feijóo inseguro, da por amortizada su investidura y trabaja en el siguiente escenario: sacar a la calle el rechazo a una amnistía de Sánchez a Puigdemont que prorrogue al actual gobierno. Ambos maniobran para guardar sus poltronas: Sánchez en la Moncloa y Feijóo en Génova. Y los dos tienen dificultades: a Feijóo le falta carácter y a Sánchez le sobra altanería. El ex presidente Aznar ha pedido una movilización contra la amnistía, porque en su opinión desmantelaría la Constitución. Aunque no les resulte simpático, sus palabras coinciden con no pocos votantes del PSOE, incluida la vieja guardia socialista. Una mayoría de españoles ve con desagrado que Puigdemont se vaya de rositas después de lo que hizo en 2017 y de lo que ha dicho de la democracia española desde entonces.

Aznar hace una proclama tremendista, propia de la moda populista, e identifica separatista con terrorista. Pero también apunta a Feijóo. Desde su autoridad en la derecha, el jefe de FAES, que ya castigó con su espada de fuego a Rajoy por falta de firmeza, ha venido a decir a la actual dirección del PP que son unos blanditos. A Feijóo se le nota como encogido desde el 23 de julio; no llena el traje. Trasparenta su decepción por quedar lejos de las expectativas. Tiene 62 años y Ayuso cumple 45 dentro de un mes. Esperanza Aguirre ya apuesta por la presidenta madrileña y Aznar hace tiempo señaló a Ayuso como la política más relevante de España.

Como un gregario, tras la indicación de Aznar, Feijóo se apresuró a improvisar un acto el 24; al principio sin fecha, ni formato. Para arreglar la confusión, ayer comparecieron juntos en FAES. Feijóo incluso defendió a Aznar de la acusación de golpista que, en modo populista, le dedicó la ministra portavoz del Gobierno a su llamamiento. El PP de Madrid anuncia que es capaz de llevar al mitin a 200.000 personas. Corren el riesgo de que vuelva a corearse el nombre de Ayuso, como la noche del 23 de julio.

En la otra esquina del ring, Sánchez garantizó en la CEOE que cualquier acuerdo de investidura respetará la letra y el espíritu de la Constitución. Y atacó a su rival por la pérdida de tiempo del mes que pidió para su investidura. “Un periodo en que el candidato parece más empeñado en impedir otra investidura que en lograr la suya”. Sánchez tiene contestación y restringe discrepancias. El ex presidente Borbolla le pasó un mensaje cuando llegó a la secretaría general en 2014: que no fuese Gary Cooper, que contase con los cuadros y las bases. No se ha dado por enterado.

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