Stephen Hawking dice que hay que irse. Que hay que empezar a buscar otros planetas potencialmente habitables. Que al ritmo que vamos esto ya no da más de sí. A ponerse las pilas, mejorar nuestra tecnología y aterrizar en otros mundos. Esto se acaba. Como idea algo en la órbita de Próxima Centauri. Si se deja habitar, claro.

¿Recuerdan a Wall-e? La primera media hora es pura poesía. La música de "La vie en rose" en la versión de Louis Armstrong crea un clima mágico en un escenario apocalíptico. Ni una frase. Wall-e, creado para comprimir y almacenar residuos urbanos, y una cucarachita indestructible y entrañable, quedan como únicos habitantes del planeta, una vez que la vida en la Tierra se ha revelado inviable. Todo cambia con la llegada de Eva y el brote de una plantita. Un guiño al Génesis. Aquí comienza una historia de amor y una odisea para avisar a los humanos, que llevan cientos de años navegando por el espacio, que puede haber esperanza de vida en la Tierra. Que ha llegado la hora de volver.

Nuestros nietos nos echarán en cara las estupideces que estamos haciendo ahora. Cuando uno ve las recreaciones del probable proceso de desertización del planeta se horroriza pensando más en sus hijos que en uno mismo. Como decía Godofredo de Miramonte; la descendencia. Todo esto mientras estás mirando la pantalla y ahí fuera están cayendo 44 grados a la sombra y junio no ha hecho más que empezar. La temperatura de la superficie terrestre va aumentando gradualmente por la acción humana.

Probablemente, como advierte Marten Scheffer, existan distintos puntos de inflexión. "Si Groenlandia se derrite, estaríamos asados por milenios". A este paso la parcelita solo tendrá sentido en al norte de Reikiavik. Y una vez entrado en chanzas, todos recordamos al mundialmente conocido primo de Rajoy quien le confesaba que no podía predecir que tiempo haría al día siguiente en Sevilla. Sin embargo , el propio Rajoy, la semana pasada en su respuesta a Pablo Iglesias era absolutamente capaz de predecir el tiempo en Almería, al día siguiente. Sus cosas.

Me van a llamar iluso pero el hecho de que Narbona esté en el ámbito de influencia de ciertas decisiones me tranquiliza un poco. Parece que se acercan unos días de tregua. En la temperatura, digo. Quizá, tras la catástrofe, ocurra como en la joya de Píxar y tras haber arrasado con todo, un día volvamos al planeta y cultivemos de nuevo plantas de pizza.

https://www.youtube.com/watch?v=coXOFBjLjHI

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