Tamames for president

El PP de Feijóo puede recoger los mejores frutos de este sinsentido, más por omisión que por otra cosa

Cuentan que fue a Fernando Sánchez Dragó a quien se le ocurrió la idea que su amigo Ramón Tamames personalizara la alternativa a Pedro Sánchez por la vía de la moción de censura promovida por el grupo parlamentario de Vox. Dragó y Tamames tienen mucho en común: Ambos son personas inteligentes, buenos dialécticos, mediáticos y, cada uno en lo suyo, con un notable éxito de público. Los dos militaron en el PC durante el Franquismo y los dos lo abandonaron, iniciando un viraje sin miramientos ya en democracia hacia la derecha más o menos liberal. Y ahí están, como dos nonagenarios respondones, más preocupados por los escalones de la tribuna del congreso que del propio debate parlamentario, entre otras cosas porque saben de sobra que nada tienen que perder. ¿Quién dijo miedo?

Creo que Santiago Abascal ha cometido un nuevo error con el planteamiento de esta moción de censura, en el fondo y en la forma. Con las elecciones municipales y muchas autonómicas a la vuelta de la esquina, no parece que la opinión pública esté demasiado interesada en un debate sin incidencia posible sobre la destitución que se pretende, más allá de la curiosidad por seguir la intervención del profesor Tamames y sus previsibles opiniones sobre la realidad social, política y económica de España. Ya se ha encargado de aclarar el interesado de que las opiniones que allí vierta serán exclusivamente suyas, no necesariamente coincidentes con el partido que lo propone, por lo que el riesgo de desconexión entre el candidato y su propio electorado es más que evidente. Da la impresión, desde fuera, que la jugada no ha tenido el suficiente debate interno y que, quien más quien menos, ya anda arrepintiéndose de dar rienda a estos excesos prescindibles que generan más desconcierto que otra cosa.

Tampoco creo que la moción, por muy estrambótica que esta sea, vaya a beneficiar la posición del presidente del Gobierno, como barruntan algunos optimistas a sueldo. Entre otras cosas porque, paradójicamente, la suerte del PSOE corre paralela a la de Vox, de forma que el éxito electoral de este último es casi imprescindible para mantener el poder por el primero, como señalan las experiencias recientes en Madrid y Andalucía. Sería el PP de Feijóo, según esto, quien puede recoger los mejores frutos de este sinsentido, bien es verdad que más por omisión que por otra cosa. Y tampoco parece que ni Tamames ni Sánchez Dragó vayan a perder el sueño por eso.

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