La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sol no será Breda

Ayuso y Sánchez mañana: los actores son de espectáculo del bombero torero, pero la obra es una tragedia

Pese a que se trata del encuentro entre dos malos gestores cuyas limitadas capacidades se han visto superadas por la pandemia y la crisis sanitaria, social y económica que ha generado, el encuentro entre Ayuso y Sánchez no lo será entre unos iguales en la derrota que al fin han reconocido sus errores, han comprendido que el virus no entiende partidos y se disponen a luchar juntos contra él, sino entre una vencida y un vencedor: Octavio entrando en Alejandría tras derrotar a Cleopatra, Eduardo III de Inglaterra con los burgueses de Calais, vestidos con sacos y sogas al cuello, arrodillados ante él para ofrecerle las llaves de la ciudad. Ya, ya, ni uno ni otra dan para tanto. Pero la situación mundial, europea, española y madrileña sí. Los actores son de astracán o de espectáculo del bombero torero, pero la obra es una tragedia. El mundo está a punto de alcanzar el millón de muertos mientras en Europa han fallecido 223.439 personas, en España más de 53.000 (de los que el Gobierno reconoce 30.495) y en Madrid 8.999.

Mañana lunes se encontrarán el presidente del país que arroja los peores datos de la UE (y en algunos casos del mundo) y la presidenta de la Comunidad que arroja los peores datos de España y Europa. Y no debe olvidarse que si la propaganda airea que Madrid es la región europea con peor incidencia del coronavirus, nueve de las diez regiones europeas con peores datos son españolas.

Se podría esperar mañana un encuentro entre iguales para ayudarse. Pero no será así. Ni siquiera espero del aparato propagandístico de Moncloa la escenificación de un Breda de caballerosidad y nobleza con Sánchez como el magnánimo Spínola Doria y Ayuso como el vencido pero respetado Justino de Nassau. Se guardarán las formas, pero tras ellos -único parecido con el cuadro de Velázquez- habrá un bosque de lanzas de moción de censura. Madrid es la pieza más codiciada de España.

Las víctimas de estos malos gestores de lo público no son ellos sino los ciudadanos españoles y madrileños. Como siempre, los más desfavorecidos, serán los más afectados. Y tras ellos los que luchan por sacar adelante sus pequeños negocios que ven arruinados por restricciones y confinamientos que agravan la crisis económica. Se repite, como tras los atentados de marzo de 2004, la egoísta incapacidad de nuestros políticos para unirse frente a una tragedia.

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