Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

Septiembre, año I

Septiembre era el mes de la transición, el de la adaptación, el de marcarte nuevos objetivos

Septiembre siempre ha significado volver al camino, desquitarte los prolongados descansos, anuncios de coleccionables y zapatos nuevos. Retomar la vida tal y como era antes de las eternas caravanas para entrar en Conil, recuperar la normalidad después de los ojos llenos de cloro. Septiembre siempre ha estado representado en reportajes de la vuelta al cole, en cuánto cuestan este año los libros, los cuadernos y el uniforme, en noticias sobre retomar el curso político y sus retos, el curso judicial y todas sus carencias.

Septiembre, hasta ahora, era el mes más normal de todos. A caballo entre el verano y el otoño, entre el calor asfixiante y el fresquito por la noche, ese mes que te servía para la transición, para la adaptación, para intentar volver a empezar y ponerte objetivos que seguramente no ibas a cumplir aunque te hubieras comprado las zapatillas necesarias para el gimnasio.

Qué raro y qué cansado es todo esto. Qué nueva normalidad más absurda y más alejada de la tradicional. El bucle que desde marzo no deja de repetirse sigue y sigue y no somos capaces de pararlo y acabaremos aún más dentro de él preguntándonos cuánto tiempo llevamos mirando datos y datos, y casos, y muertes, y curados. Pensaremos que a lo mejor esto es lo normal, que lo nuevo no es tan nuevo, que es más que definitivo, y tendremos que seguir machacándonos las sienes para intentar no repetir el titular de ayer, el del 14 de julio, el del 20 de junio, el del 3 de mayo. Qué pereza y qué incertidumbre, qué septiembre tan atípico, que no nos hace poner los pies en el suelo, pero sí las manos en la cabeza pensando si esto se va a acabar de una vez.

Y no se acaba. Porque te han alargado el ERTE hasta el año que viene y te tienes que empezar a pelear con el SEPE y con la cuenta y hacer cálculos y tienes que empezar a reflexionar sobre qué es la vocación y por qué te importaba tanto hace apenas un par de años y ahora solo quieres tiempo para mirar qué trámites te hacen falta para cobrar un sueldo digno que te permita llegar a fin de mes habiendo disfrutado aunque sea un día.

Qué septiembre tan atípico y tan apático. Qué septiembre tan alejado del septiembre de hace un año o del de hace 15. Otro mes más, otro día más. Hoy hay 89 casos más y, menos mal, no ha habido que lamentar ninguna muerte.

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