J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Es el Sahara

La importancia de las palabras pronunciadas por Felipe VI es que lo hizo en ausencia de la embajadora de Marruecos

La realpolitik se abre paso en el Sahara, cinco décadas son demasiadas para seguir creyendo que el Frente Polisario regresará a las costas atlánticas a restablecer lo que perdió en 1975. Nadie sensato debe pensar que Naciones Unidas celebrará el referéndum de autodeterminación en el Sahara, por lo que la cuestión será reconducida hacia cómo garantizar una autonomía de los habitantes de este territorio dentro de Marruecos. Es a lo que el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeir, se ha referido como una "buena base" en una carta enviada al rey de Marruecos esta Navidad, y a lo que nuestro propio monarca ha aludido en la reciente recepción del Cuerpo Diplomático acreditado en España. Sin citar al Sahara, se ha entendido, como su visita al pabellón de Marruecos en Fitur.

La importancia de las palabras pronunciadas por Felipe VI en esa recepción del lunes a los embajadores es la ausencia, pues se refirió a la "nueva relación" que España y Marruecos han decidido abrir sin que estuviese presente la representante del país vecino, Karina Benyaich, que sigue en Rabat después de que fuese llamada a consultas con motivo de la crisis del Tarajal. El Gobierno de Sánchez ha recurrido a esta intermediación solapada del Rey para zanjar un conflicto que no interesa a ninguno de los dos países. Mohamed VI habló en esos mismos términos en su discurso de agosto pasado, aunque en vez de la "nueva relación", citó una "etapa inédita", lo que viene a ser lo mismo.

Marruecos recibió el espaldarazo de la Administración Biden al reconocerle la "marroquinidad" del Sahara, pero Biden no ha terminado de refrendarla, deseoso, como parece, de que la Unión Europea cambie también de opinión, o lo que es igual: Alemania y España, toda vez que Francia siempre ha sido proclive a este interés marroquí.

Alemania ha virado ya, las relaciones entre ambos países se han recuperado, y ahora es el turno español. Esto se mueve. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, prestó un avión del Gobierno a Staffan de Mistura, el representante de Naciones Unidas para el Sahara, para que visitase los campamentos de Tinduf; días después se reunió con el secretario de Estado de EEUU, Tony Blinken, y hablaron de ello. Es Argelia quien tiene la última llave, toda vez que la Rusia de Putin tiene su objetivo estratégico en Europa y Asia, pero España necesita tener la seguridad de que Marruecos no proseguirá con Ceuta y Melilla una vez conseguido el Sahara.

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