La Gloria de San Agustín

Rafalete

Nueva temporada de helados

Menos mal que en las madrugadas refresca un poco, porque durante el día parece que estamos en julio, como poco

Una mujer se protege del calor en Córdoba.

Una mujer se protege del calor en Córdoba. / Miguel Ángel Salas

Ya saben ustedes, sobre todo los que me lean con cierta frecuencia, que suelo repetir aquello de que no tenemos memoria para el calor, que siempre creemos que el de ahora es el calor más grande que hemos tenido y que a veces nos olvidamos de lo mal que lo hemos pasado. Sí, eso puede ser, pero en parte.

Y digo esto porque yo no he vivido un mes de octubre como el de este año, que estamos todos los días en el Telediario, que estamos batiendo más récords que en unas Olimpiadas, una cosa bárbara. Ya solo me falta el subir a la azotea a dormir, que a este paso me acabo dando un manguerazo. Y menos mal que en las madrugadas refresca un poco, porque durante el día parece que estamos en julio, como poco. Y ya no es cuestión de buena o mala memoria, que esto yo no le he visto nunca, la verdad, y eso lo tengo más claro que el agua.

Cuando veo los quioscos de castañas me da un no sé qué más raro, pero raro, como que no cuadran todavía en el decorado. Que es más tiempo de piscinas y helados, me parece a mí, y de granizados. Eso es lo que me gustaba más de nene, los granizados, y tampoco le hacía ascos a la horchata. Qué bien hacían las dos cosas en David Rico, pero buenas, me volvía loco. Y los cortes de turrón, que ya no los he vuelto a probar tan ricos en toda mi vida. Se hace raro que nombre a David Rico en estas fechas, pues tan raro como la temperatura que estamos teniendo, que vaya la cosa cómo está cayendo.

Qué alegría el otro día, cuando nos dijeron que vamos a organizar el Mundial de Fútbol de 2030. Y además es muy bonito, porque se hace con Marruecos y Portugal, que son nuestros vecinos, y algunos partidos se celebran en América, porque se cumplen cien años del primero. Yo creo que a nuestra Córdoba bendita le va a caer algo, ya lo veréis, que acogiendo a gente de fuera no hay quien nos gane, y eso lo sabe todo el mundo. Ni en tener una ciudad bonita, que eso se puede ver en todas las revistas, porque es así, que yo no me estoy inventando nada.

El remate es que por esos años el Córdoba estuviera en Primera y hasta tuviera un jugador, alguien de aquí, en la Selección, que yo creo que no habría cosa más bonita. En fin, qué bien sientan las alegrías, sobre todo cuando son como esta, de las que se alegra todo el mundo, faltaría más. Ya solo queda que baje un pelín la temperatura, que no me quiero imaginar esto con el cambio de hora, que puede ser lo más extraño que hayamos visto en nuestra vida.

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