Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Normalidad

Lo que queremos muchos es que haya una vacuna y test para todos para evitar un nuevo confinamiento

Ahora que nos dicen que llega una nueva normalidad, deberíamos echar la vista atrás y pensar cómo era nuestra vida antes del confinamiento, ese que nos ha obligado a convertir los dormitorios en salas de estudio temporales o un rincón del salón en un puesto de trabajo improvisado y que, además, quede bien en pantalla por aquello de las videollamadas. Este mismo tiempo en el que nos hemos acostumbrado a no poder abrazar a nadie, a ver las calles desiertas, un tiempo en el que las ventanas y balcones son nuestro único lazo con la vida exterior.

Ahora, que por fin llega ese endiablado proceso de desescalada con no sé cuántas fases -el problema es que el cero siempre ha sido cero y nos van a limitar las horas en las que poder salir a la calle para evitar un contagio más-, debería comenzar una nueva etapa, la de la normalidad, y, además, la nuestra, no la de nadie más. Pero no va a ser así porque se avecina una época de extremada complejidad para todos los sectores y, a partir de ahora, habrá que acostumbrarse a ella y sortearla de la mejor manera posible por mucho que cueste.

Ahora que miles de familias han perdido lo más valioso que tienen y que han vivido -y vivirán- un duelo inconsolable, ahora que los planes previstos se han tenido que aplazar y tendrán que esperar un poco más. Ahora que queremos aferrarnos a esa normalidad que dicen desde La Moncloa que será nueva, lo que muchos queremos es recuperar la de siempre y dejar de pensar cómo será eso de servir las cañas si quien se encarga de ello tiene que guardar un metro y media de distancia o cómo será eso de volver a entrar en una tienda y decir "no, vengo solo a echar un vistazo" o, por favor, poder ir a otra provincia para ver a tus padres o hablar cara a cara con tus amigos. Ahora, a lo que aspiramos todos es a que esta crisis sanitaria acabe -que la económica será más larga-, que haya una vacuna para todos, igual que test suficientes para poder salir, entrar, hacer planes, achuchar a quien tengas al lado, a la normalidad de siempre, cualquier cosa, menos estar confinados de nuevo.

Por eso, ahora es necesario que se tomen las riendas de una vez por todas, que el diálogo entre las administraciones sea efectivo, porque sí, ahora hay quienes están muy cansados -ya no solo por los efecto del coronavirus- sino por la incapacidad de quienes no ven más allá de su rédito político. Por eso y por todo lo que queda aun, es necesario que mañana siga siendo sábado.

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