La Gloria de San Agustín
Rafalete ·
Campanillas y caimanes
La ciudad y los días
El 28 de mayo el PP se hizo con ocho comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla, mientras el PSOE pasó de gobernar en nueve a hacerlo solo en tres. Al día siguiente Sánchez convocó elecciones generales para el 23 de julio. El 28 de mayo hubo tantos votos a favor del PP como contra Sánchez. Cuando un Gobierno y quien lo preside lo hacen tan mal que muchos de sus votantes habituales no tienen más opción que votar en blanco o cambiar su voto, a la oposición le toca el cómodo papel de captar su decepción para sumarla al cabreo de la mayoría y la fidelidad de los suyos. Sin embargo, el PP hizo tan mal las cosas, sobre todo en su errática y contradictoria política de pactos con Vox, que en dos meses dilapidó lo conseguido y no logró la investidura. El electorado había comprado el coche averiado de que pactar con Vox es hacerlo con el diablo de la extrema derecha, pero pactar con ERC, Junts y Bildu es hacerlo con el ángel del progreso.
Desde aquel 23 de julio Sánchez ha hecho lo que dijo que no haría, ha traspasado líneas rojas que dijo que no traspasaría y se ha humillado ante Puigdemont para que la locomotora de su Gobierno avance como la de Los hermanos Marx en el Oeste: quemando los vagones de la separación de poderes, de la Constitución que según Felipe González está siendo “atacada” de forma “despiadada e irracional”, del señalamiento con nombres y apellidos de jueces y de lo que se tercie. Con ello le estaría poniendo otra vez bien las cosas a la oposición, facilitándole cosechar el creciente descontento entre los suyos y entre los socialistas, tan crudamente escenificado por el encontronazo entre nada menos que uno de tres únicos presidentes autonómicos que le quedaron al PSOE y un ministro del Gobierno: el mismo día en que protagonizó “la conspiración de Fitur” García-Page dijo que el PSOE está “en el extrarradio de la Constitución” y Puente le contestó que es él quien “está en el extrarradio del PSOE”. Será un “fuese y no hubo nada”. Pero quedó dicho.
Feijóo y los suyos vuelven a repetir las torpezas que tan caras les costaron entre el 28 de mayo y el 23 de julio. La más grave, pero no la única, ha sido la de González Pons calificando al Constitucional de “cáncer del Estado de derecho”, alineando al PP, supuesto defensor de la independencia y dignidad del poder judicial, con el PSOE al que critica por atacarlas. Ha rectificado. Pero también quedó dicho.
También te puede interesar
La Gloria de San Agustín
Rafalete ·
Campanillas y caimanes
Tribuna de opinión
Juan Luis Selma
El cumpleaños de María
Postdata
Rafael Padilla
Violencia
El microscopio
Menores indefensos
Lo último
Día de la Fuensanta
El obispo pide ante la Fuensanta por los casos de "pobreza extrema" de Córdoba
Fútbol | Tercera RFEF
Las mejores fotos del duro estreno del Córdoba B ante el Conil en Tercera RFEF