J. M. Marqués Perales

Joe Biden habla más que Juan Marín

Crónicas levantiscas

Una rueda de prensa de dos horas, a las puertas de una guerra, es una temeridad, no un ejercicio de transparencia

23 de enero 2022 - 01:50

Alguna vez hemos comentado que el problema de Juan Marín proviene de su locuacidad, tan pronto como escucha una reflexión en Presidencia, en el Consejo de Gobierno o por los pasillos de palacio, la hace suya y la airea en ruedas de prensa y sus entrevistas diarias, de ahí que algunos le llamen la cotorra de San Telmo. Todo lo cuenta. Marín es vicepresidente de la Junta, una Administración menor de una potencia media como es España. Joe Biden es el presidente de Estados Unidos, el comandante en jefe de la mayor potencia militar del planeta. Pues es lo mismo, pero mil veces más grave. Marín nos puede confundir y anunciar que los niños se vacunarán en los colegios. O que no le interesa aprobar el Presupuesto en un año electoral, pero es un neutrino al lado de la masa galáctica de Biden, al que se le ha escapado que permitiría, aunque con fingido enfado, alaracas y algunas fanfarrias, una "incursión menor" en Ucrania por parte de Rusia.

Aunque bastantes colegas aplaudan el ejercicio de transparencia de Biden al ofrecer una rueda de prensa -con preguntas, por supuesto- de dos horas, no es más que una temeridad de este hombre de 79 años que necesita mejorar su popularidad de modo imperioso tras su primer año de mandato. Y, así, minuto tras minuto, y pregunta tras pregunta, Biden se va soltando la lengua y cuenta lo que quizás le hayan explicado sus secretarios de Estado y de Defensa, sus generales o sus asesores; esto es, que se podría aceptar una invasión en el Donbás, en la zona ya ocupada por separatistas rusos.

La Casa Blanca ha intentado matizar las palabras de su presidente, pero ya le ha regalado a Putin un nuevo elemento de presión, porque la nueva cuestión es si Rusia invadirá Ucrania desde el este y desde Bielorusia hasta hacer caer al Gobierno democrático de Kiev o si (sólo) ocupará el Donbás, como ya hizo con Crimea.

Joe Biden arrastra la erosión de la vergonzosa huida de Afganistán de este verano, Kabul cayó sin un solo enfrentamiento con los talibanes, y no puede encajar otra derrota, pero sólo amenaza con la madre de todas sanciones. No habría una respuesta militar por parte de EEUU, sino reprimendas económicas que Moscú sabrá lidiar porque el gas que calienta Europa es suyo.

Vladimir Putin sigue teniendo la misma visión imperialista de sus antecesores, los comunistas y los zaristas, y no permite que Ucrania sea soberana para decidir su futuro como aliada de la OTAN o en posiciones muy cercanas a la Alianza Atlántica. Y tiene 69 años, el problema de Biden no es de edad, sino de envejecimiento, que es un asunto más personal. Cotorrea.

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