Carlos Colón

Despedidas de soltero, especie invasora

La ciudad y los días

La mala gestión municipal del turismo ha creado situaciones ya irreversibles. Las despedidas de soltero sí pueden regularse

14 de junio 2023 - 00:00

Si se escribe “despedidas de solteros” en Google, sin tan siquiera añadir el nombre de Sevilla, las primeras 14 entradas son anuncios de quienes las ofertan y organizan en nuestra ciudad. Hay que esperar a las entradas 15 y 16 para encontrarse con dos noticias de Diario de Sevilla–“José Luis Sanz regulará las despedidas de soltero en Sevilla” y “Las despedidas de soltero en Sevilla, un turismo invasor”– tras las que siguen en una lista interminable otras ofertas de organización de estos llamémosles eventos genéricas o en otras ciudades. La demanda genera oferta.

José Luis Sanz en efecto, ha anunciado que una de las primeras medidas que tomará será un cambio en la ordenanza municipal para regular el turismo de despedidas de soltero siguiendo el camino iniciado por Málaga y Granada. Parece que las asociaciones de hoteleros, viviendas turísticas, bares y vecinos respaldan la medida. Sin poner en duda la sinceridad y la buena intención de nadie, de lo que estoy absolutamente seguro es del respaldo de los últimos, los vecinos, que sufren fin de semana tras fin de semana la grosera, hortera y ruidosa celebración no pocas veces acompañada por una charanga. Y no me digan que calificarlas de grosera (“carente de educación y delicadeza”) y hortera (“vulgar y de mal gusto”) son apreciaciones subjetivas teñidas de elitismo clasista.

En esto del turismo masivo, y las despedidas de soltero son una de sus manifestaciones más molestas con excepción de los infiernos del turismo de borrachera en Magaluf, Gandía, Salou o Mallorca, no siempre se cumple lo que escribió Adam Smith: “Al orientar esa actividad para producir el máximo valor, él [el empresario] busca su propio beneficio; pero en este caso como en otros muchos, una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos. El que sea así no es necesariamente malo para la sociedad. Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si deliberadamente intentase fomentarlo”.

La sucesión de ayuntamientos concediendo licencias a destajo sin calcular las consecuencias de degradación de muchas zonas del centro histórico, llevados por la desesperación de quien sabe que en buena parte esta ciudad vive de venderse, ha creado situaciones ya difícilmente reversibles. Sobre las despedidas de soltero, en cambio, sí puede actuarse. Algo es algo.

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