El dato se publicaba hace unos días: Córdoba registró en 2022 la cifra más alta de ejecuciones hipotecarias de los últimos cinco años. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la avalancha de embargos y desahucios que llegaron posteriormente, la situación había ido recuperándose, pero nunca lo hizo del todo. Las medidas aplicadas entonces para evitar los desahucios finalizaron y las actuales dejan fuera numerosos casos. En un contexto de elevada inflación y alza de los tipos de interés, el fantasma de los desalojos vuelve a rondar los juzgados.

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