Mensaje en la botella

Cuentas y cuentos

La dura realidad es que los grandes proyectos para Córdoba siguen en el cajón

Ya tenemos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Bueno, aún queda el trámite de su aprobación parlamentaria, pero es muy posible que el Gobierno de Pedro Sánchez logre los apoyos en el Congreso para su visto bueno definitivo. A falta de alguna que otra pequeña enmienda, los números que arroja este proyecto para la provincia de Córdoba son muy claros, de manera que el capítulo de inversiones contempla una serie de partidas por valor de 141,2 millones de euros o, lo que es lo mismo, un 24% menos de dinero del consignado en el presupuesto del año en curso. No hace falta ser muy avispado para concluir que los PGE, al menos para Córdoba, no son mejores que los de 2021. Eso es lo que revelan los datos.

Luego vienen las interpretaciones de los que tienen la obligación de hacerlas, que no son otros que quienes nos representan en las instituciones o, al menos, para eso les pagamos. En este aspecto, la realidad que nos pintan los políticos es muy distinta a la de las cifras, ya que a las frías estadísticas añaden una serie de opiniones intencionadas cuyo único objetivo es -que nadie se engañe- sacar tajada para las siglas a las que pertenecen. Normalmente, este tipo de portavoces se suben con facilidad al carro de la demagogia y no tienen el más mínimo reparo en rasgarse las vestiduras para criticar al oponente o en comulgar con ruedas de molino para defender lo indefendible.

Mientras tanto, la dura verdad para Córdoba es que los proyectos pendientes -de los nuevos ni hablamos porque, simplemente, no los hay- siguen en el cajón y se enfrentan un año más a aparecer negro sobre blanco en los presupuestos con partidas ridículas. Vayan como ejemplos más significativos la conversión en autovía de la N-432 (Badajoz-Córdoba-Granada), la nueva comisaría de la Policía Nacional, el Museo Arqueológico o la Variante Oeste, tan necesaria para el desarrollo del polo logístico de El Higuerón. Tendremos que esperar a que la suerte o el capricho los desbloqueen. Y también está la base logística del Ejército de Tierra, que tampoco está en los papeles, pero se confía que pueda salir adelante a través de los fondos europeos.

En cualquier caso, lo peor de los Presupuestos del Estado -más allá de que son malos para Córdoba- es esa fase de interpretación de nuestros políticos. Nadie es capaz de salirse del guion establecido. Los que apoyan al Gobierno, en este caso el PSOE, los defienden con vehemencia y son incapaces de admitir que no son los números que ellos hubieran deseado para esta tierra. Los que están en la oposición, el PP, ponen el grito en el cielo y borran de la memoria que, cuando gobernaban ellos, eran todavía peores o no reconocen que algunas partidas son beneficiosas para la provincia. Y luego pretenden que nos los creamos. Si quieren ganar algo de prestigio, más cuentas y menos cuentos, sobre todo si son de mal gusto.

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