Córdoba, a la baja

COGER un taxi, montarse en autobús, pedir un mapa en un punto de información turística o sentarse a la mesa de un restaurante son actos habituales de quienes a diario visitan Córdoba, una provincia que se esfuerza en vivir del turismo pero que, paradójicamente, descuida algunos de los aspectos que más llaman la atención a quienes por aquí pasan. La Encuesta de Coyuntura Turística de Andalucía, de la que se da cuenta en esta misma edición unas páginas más adelante, debería servir como toque de atención para los responsables de que los turistas se marchen de Córdoba con la mejor impresión posible y quieran volver, desde los hosteleros a los restauradores, los empresarios del ocio nocturno, los taxistas y, cómo no, los cargos públicos con competencias en la materia.

El estudio, elaborado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, desvela que la impresión que se llevaron los turistas que eligieron Córdoba como destino entre abril y junio ha empeorado. Con la única salvedad del patrimonio -se lleva un sobresaliente-, la mayoría de los parámetros medidos empeoran. El que más: los servicios de información turística. No es una cuestión menor, pues las desavenencias entre el Ayuntamiento de Córdoba capital y la Junta de Andalucía sobre el centro de recepción de visitantes -cerrado desde que las obras terminaron hace ya más de un año y medio- son de sobra conocidas. Los turistas también bajan la nota al precio de los establecimientos hoteleros en relación a la calidad ofertada, al trato y la atención recibidas, a la seguridad ciudadana o al tráfico, un hecho que debería llevar a reflexionar sobre el modelo de turismo que se impone y, sobre todo, habría de suponer una invitación a observar lo que está ocurriendo en las otras provincias andaluzas con las que Córdoba compite.

Porque, precisamente aquí, la estadística da otro varapalo a la provincia. Córdoba perdió fuerza como destino turístico en el global andaluz entre abril y junio, mientras que otras como Granada mejoraron su ratio de recepción de visitantes. Y esto ocurre en el periodo del año que concentra la celebración de Los Patios, las Cruces, la Feria de Nuestra Señora de la Salud, la Cata de Vino o la Noche Blanca del Flamenco, eventos que permiten que el sector tenga la posibilidad de cuadrar sus cuentas anuales de resultados.