Colaboraciones

No sería de extrañar que ahora algunos busquen peros y peros a la iluminación de Medina Azahara

El yacimiento de Medina Azahara da un paso más en su revalorización y promoción, un avance que hace camino en la búsqueda de la declaración de la ciudad palatina como Patrimonio Mundial de la Humanidad. La novedad llega en este caso de manos de la Fundación Endesa y de la Junta, que han invertido cerca de 400.000 euros para crear una iluminación que permita actividades y visitas nocturnas en la zona. Cualquiera con un poco de imaginación puede hacerse una idea de lo que se vivió anoche, cuando Vicente Amigo puso sus acordes al servicio de la causa para crear la mágico que el momento histórico requería. Sin estar allí, porque por desgracia no estuve, lo cierto es que uno se imagina la guitarra flamenca como un compañero ideal, aunque sea de un contexto histórico distinto, de los restos que se conservan de la ciudad que construyese el Califato cordobés en el momento de su máximo apogeo cultural y político. A partir de hoy, tras los fastos, serán los cordobeses y también los turistas los que puedan disfrutarlo, los que puedan hacerse una idea, aunque sea remota, de lo que fueron las noches de Medina en los tiempos de Abderramán III. Hablamos por ello de un avance sensible para la cultura de la ciudad y para su calidad turística, que ha venido de una fórmula que en España ha ido decayendo con la crisis: la del mecenazgo. Endesa demuestra con ello su compromiso con el territorio y es de agradecer. Y quizá también sea el momento de que las colaboraciones entre lo público y lo privado, sean del tipo que sean, se entienden como se deben entender: como algo positivo y no como ese demonio que se vende desde el tópico por parte de la izquierda más rancia. Esta misma semana hemos oído a Ganemos soltar pestes por el acuerdo público-privado que permitirá la reconstrucción del Pabellón de la Juventud, absolutamente inviable con presupuesto municipal, así que no es de sorprender que también ahora se busquen peros y peros a la iluminación de Medina Azahara. No sería de extrañar de parte de quien es en todo lo privado ven siempre demonios y fantasmagorías. Aunque quizás, y sería estupendo, las nuevas lámparas led de Medina les ayuden a ver claro y ayuntar el decimonónico prejuicio antiempresarial.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios