Carta a un lector (I)

Nunca pude asistir a clase a la Universidad. Solo fui a examinarme. Y, con posterioridad, a impartir mis enseñanzas en la misma

El estilo epistolar no resulta ser -a mi juicio- el más apropiado para la elaboración de un artículo de "opinión". Pero, en el día de hoy, me resulta obligado: Por una parte, la redacción de esta publicación sobre asunto al que aludiré. Por otra, el prescindir del "plural de modestia" y utilizar la primera persona de singular:

Vengo rellenando este espacio con… "opiniones" no exentas de críticas, no solo del sistema educativo, sino también del legislador del mismo, doctor Pedro Sánchez. En relación con dichas publicaciones, he tenido el gusto -y el honor- de recibir, de un lector y amigo, mensaje -vía WhatsApp- que, copiado literalmente, reza:

"Estimado amigo:

Sigo leyendo tus publicaciones. Y, quizá debido a mi condición de docente, llama mi atención tus duras críticas al "sistema educativo". Pero, en mi opinión, el "sistema" objeto de tus críticas algo bueno debe tener. Creo. Porque tu llevas muchos años escribiendo. Y no debes hacerlo nada mal, a juzgar por los muchos lectores que te seguimos desde tus inicios…".

Sospecho, querido lector -y amigo- que tu opinión ha de coincidir con la de otros lectores. Ante la duda de que la dicha "sospecha" pudiera devenir en certeza, es motivo por el cual hago público mi criterio, que no es otro que el que -de forma muy resumida- hago expresivo seguidamente:

Me dices: "… el sistema objeto de tus críticas algo debe tener de bueno. Porque tu llevas muchos años escribiendo. Y no debes hacerlo nada mal…". Amén.

Un servidor se congratularía de que así fuera. Pero, de momento, carece de elementos de juicio en los que apoyar sus buenos deseos, según me propongo acreditar:

En algunas de las publicaciones que anteceden, he señalado públicamente, no solo algunas deficiencias del dicho "sistema", sino también las faltas de ortografía en que incurría el propio legislador. Nadie rebatió mis "opiniones". En consecuencia, tengo que concluir que las "deficiencias" y "faltas" referidas tienen la condición de auténticas. Reales.

Por otra parte, debo advertir que mis publicaciones no son fruto del "sistema educativo": Tal como me propongo revelar en una próxima edición en este espacio, nunca pude asistir a clase a la Universidad. Solo fui a examinarme. Y, con posterioridad, a impartir mis enseñanzas.

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