En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Bunbury & Greta Garbo

Bunbury -ese cóctel humano-musical mezcla de Jim Morrison, David Bowie y José Alfredo Jiménez- vuelve. Greta Garbo se llama el disco que publicará el próximo 26 de mayo, un título que no es baladí. La oscarizada musa sueca decidió abandonar su carrera cinematográfica con solo 36 años cuando estaba en el cenit de su carrera. Hace ahora un año, quien fuera líder de Héroes del Silencio, en plena exitosa gira anunciaba que, por problemas de salud, dejaba los escenarios, con todas las entradas sold out. "Subirme a un escenario se fue complicando cada día más. Mis problemas físicos incluían una tos compulsiva y nocturna, que me impedía dormir y que destrozaba mi garganta, y una extraña sensación de arena en los pulmones", revela ahora. Desde entonces, ha estado componiendo los temas que incluye su nuevo trabajo, que ha grabado con una banda reinventada, ya sin Los Santos Inocentes, para parir "un álbum que es una respuesta al trauma sufrido durante todo este periodo". Que Bunbury decidiera que, de momento, ya no pisa los escenarios sine díe parece obra de un maldito duende que deja a sus seguidores entre dos tierras, unos seguidores que, de momento, no podrán ser testigos de cómo a quien Loquillo llegó a llamar "una de las últimas rock stars" vuelve a embriagar de vida los caminos de los excesos a los que la desazón ha condenado a algunos o a muchos en estos tiempos difíciles, demostrando que, a veces, la vida es una puta desagradecida. Y no invitará cual héroe de leyenda a que al respetable lo remate regando una avalancha de esperanza sin que acabe faltando ese deseo de que tengas suertecita en una Iberia sumergida.

De momento, Córdoba no le verá clamar en concierto que se siente el extranjero -sin patria ni bandera, ni raza ni condición, ni límites ni banderas-, haciéndonos sentir en el infinito en sus conciertos, aunque la mayoría con el paso del tiempo siga, cual sirena varada, igual, tal cual, quizás desmejorado, y un hombre delgado que no flaqueará jamás acabe invitando a una cerveza de esas cuyo precio no está pensado para el bolsillo de muchos de los que integran El Club de los Imposibles. Una cerveza que siempre acaba hablándote al oído hasta conseguir la chispa adecuada, mientras Alicia es expulsada del País de las Maravillas, para susurrarte un despierta y tira palante, deja atrás a ese maldito duende que no te deja ser a veces un verdadero héroe de leyenda y enamora a Lady Blue, porque las cosas cambian. Esas camaleónicas melodías que en concierto acaban adentrándote mar adentro en tus sentimientos para invitarte a vivir libre arrancando los dos clavos de tus alas. Y al final... siempre te invitan a no sentirte pequeño y te demuestran que nada mejor que estar enganchado a ti para ser feliz. Hasta que esos directos lleguen, si llegan, al menos nos quedan sus discos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios