Bares, qué lugares, tan gratos para conversar. Ya lo decía Gabinete Galigari. El viernes tarde, en los bares de la ciudad, había un sonido diferente. En ocasiones, uno no se da cuenta de lo mal que huele una habitación hasta que sale de ella. En el camino que hago cada viernes, desde mi oficina a mi bar de referencia, allí donde los logros de la rica y plural izquierda se brindan con vermús Marianitos, pude cruzarme con muchas personas que me trasladaban su felicidad por el momento. Las redes sociales me acercaron a unos amigos catalanes independentistas, que se alegraban, con muchas reservas, eso sí, de este momento que huele, al menos, a diálogo. Algún amigo murciano se lamentaba de que, allí, no se olía aún a fresco.

No tengo ni idea de lo que ocurrirá, no sé si al final nos defraudarán. No tengo ni idea de si se han doctorado en la técnica del salmón, aunque Sánchez se ha licenciado con honores pero, ¿y el resto, estará a la altura? Me intriga saber cuál será la primera decisión. Son muchas las tareas pendientes: descolgar el teléfono con el prefijo catalán; retirar la medalla al torturador Billy el Niño; derogar la Ley Mordaza; impulsar el Pacto de Estado por la Educación; aprobar la ley de Igualdad Salarial, hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica, hacer cumplir plenamente la Ley contra la Violencia de género, impulsar el Pacto de Rentas, blindar unas pensiones dignas, abrir las puertas a los jóvenes talentos exiliados, impulsar un plan que aborde con rigor la aplicación de la Ley de la Dependencia; la reactivación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología; la puesta en marcha de la urgente transición ecológica de la economía; acabar con la vergonzante y repugnante manipulación de la RTVE; la universalidad de la sanidad pública, y estos son los entremeses.

Mucho por hacer, mucho que pactar, mucho que dialogar, sin duda no será fácil ir poniendo el visto bueno a estos asuntos pero, al menos, ya están en la mesa. Hace dos días, era imposible no difícil. Europa está llena de gobiernos en minoría: Bélgica, Portugal, Holanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia, Reino Unido. Incluso, en dos de ellos, Portugal y Bélgica, no gobierna el partido que ganó las elecciones. A Rajoy lo invistieron 170 diputados a Sánchez 180. 11 millones de votos frente a algo más de 15 millones. No hay como el calor del amor en un bar, incluso en Murcia.

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