Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Los riesgos de la banca

En estas circunstancias críticas que estamos viviendo, uno de los sectores que hay que observar estrechamente es el bancario. Los bancos tienen que enfrentar la nueva perturbación para la economía mundial que supone la invasión de Ucrania por Rusia, y a todas las consecuencias derivadas que está trayendo. El deterioro en el entorno macrofinanciero alcanza al sector bancario español con una capacidad de resistencia elevada, una vez recuperados los niveles de rentabilidad previos a la pandemia. Pero, ¿qué riesgos enfrentan en un futuro próximo?

Que los tipos de interés suban es una buena noticia para ellos, ya que los trasladan rápidamente a los préstamos que conceden y de forma más moderada y lenta a la retribución de los depósitos. Sin embargo, en economía las variables no actúan en un único sentido. Posiblemente, también la morosidad se elevará, porque en ese entorno de mayores tipos de interés se multiplicarán las dificultades financieras para empresas y familias. Hace unos días, lo advertía Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, pidiendo prudencia a los bancos: "No nos ceguemos con la ilusión de subidas de tipos a corto plazo".

Del mismo modo, el incremento del precio de la energía, la alta inflación, la persistencia de los cuellos de botella o los altos costes de las materias primas incrementarán el grado de vulnerabilidad de empresas y hogares, afectando directamente a la calidad y al volumen del negocio bancario.

Recientemente, Pablo Hernández de Cos, el gobernador del Banco de España, abordó este tema en su ponencia El sector bancario español ante los retos económicos actuales, en la que comentó las simulaciones que se han realizado al sector bancario para el período 2022-2023, considerando un escenario adverso en el comportamiento de las variables mencionadas anteriormente, y severo, con condiciones aún peores.

La conclusión de ese análisis es que los bancos españoles resistirían, que implicaría un consumo de capital significativo en el sector, pero que no sería tan elevado como para comprometer la estabilidad del sistema financiero. No pesar de estos resultados, Hernández de Cos les aconseja un comportamiento prudente dada la alta incertidumbre. Además, también conviene recordar que no todo es guerra y pandemia, que los bancos ya tenía antes planteados importantísimos desafíos estructurales, como el ajuste de la capacidad y la creciente competencia de empresas tecnológicas.

El supervisor de la zona euro, Andrea Enria, ha manifestado que próximamente les solicitará que recalculen sus proyecciones de capital asumiendo una recesión, poniendo a los dividendos de nuevo en la diana. Y es que resulta fundamental que se les practique un seguimiento minucioso de los riesgos, porque pueden evolucionar de forma rápida y obligar a plantear nuevos escenarios de tensión. Sólo hay que acordarse de los test de stress cuando la crisis financiera de 2008. De una ronda de test a la siguiente, nuevas entidades de crédito resultaban "tocados": el escenario adverso considerado en una tanda -aventurando malas condiciones macroeconómicas, pero, en principio, improbables- era el escenario real sólo unos meses después en la tanda siguiente.

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