Jornada de tono mixto en los principales índices de renta variable en Europa y EEUU lastrados por los negativos datos sobre la evolución de la inflación en febrero en la Eurozona. Una tendencia que confirma la persistencia de las tensiones inflacionistas, que siguen condicionando negativamente el crecimiento económico y merman el apetito por los activos de riesgo, aumentando con ello la incertidumbre sobre la actividad económica global. Las referencias de inflación conocidas anteayer en Alemania, peor de lo esperadas ya activaron cierta recogida de beneficios que han continuado en esta sesión tras la publicación del dato de IPC de la Eurozona ayer.

En este sentido, el dato de la inflación general superó las estimaciones del mercado, al situarse en febrero un 8,5% interanual, dos décimas por encima de lo esperado y solo una por debajo la tasa registrada en enero de un 8,6% interanual. La inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos no procesados) sorprendió también con un nuevo repunte hasta un 7,4% interanual (frente al 7,1% en enero). Así, la tendencia de la inflación en la Eurozona vuelve a acentuar las expectativas de nuevas subidas de tipos de interés y a que el BCE tendrá que mantener una política monetaria más hawkish de lo inicialmente previsto. En los mercados de deuda, continúan las subidas significativas en las rentabilidades de la curva soberana. Hay que destacar el comportamiento del Treasury que ha superado la barrera del 4% y la inversión de la curva 10-2 años, que ha alcanzado un nuevo mínimo de 40 años en -84 puntos básicos.

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