La Gloria De San Agustín

Más gachas

Rafalete

06 de noviembre 2022 - 01:45

No tuvimos bastante con las gachas que nos comimos el Día de Todos los Santos, y el viernes pasado nos metimos otro lote, pero más gordo todavía. Lo que yo les diga. Y todo fue porque Cayetano y Soraya vinieron a casa de mi hermana a probar las que había hecho. Y en fin, que cuando dos se buscan, se encuentran.

A Soraya y Cayetano les encantaron las gachas de mi hermana, que de verdad estaban un disparate de buenas, pero una cosa mala, que me comería dos kilos de una tacada y puede que me quede corto, una cosa, lo que yo les diga. Pero aunque les encantaron, empezaron a hablar de las que hacían sus madres, sus abuelas o sus vecinas, y claro, que si unas con nueces, otras con almendra, otras con mucha miel, y así, que hay variedad tanta como gustos. Que se liaron la manta a la cabeza, o como se diga eso, y quedaron el viernes por la tarde en preparar gachas de otras maneras. Y mi cuñado, Cayetano y yo de probadores, a darlo todo por la causa, como tiene que ser.

Vaya tela el hartón que nos metimos, pero de los muy gordos, lo que yo les diga, que para que yo parase, ya se pueden imaginar. Y es que a las gachas les pasa como al salmorejo o al gazpacho, que cada uno le da un punto, su toque, su cosa, y es que a su manera todas están buenas. Porque lo que no puede uno es cerrarse y pensar que lo suyo es lo mejor, porque si eso lo pensara todo el mundo no probaríamos lo de nadie y no avanzaríamos en la vida, me parece a mí, y no sé si me estoy explicando del todo.

Que debemos estar a abiertos a ver y probar más cosas, aunque lo nuestro nos guste mucho, que una cosa no quita la otra. Y eso es muy cordobés, que sabe usted perfectamente que tengo razón, que a veces somos un poquito cerrados con lo que nos llega de fuera o con las cosas nuevas, y no es del todo bueno que seamos así. Que yo no digo que le demos preferencia a lo de fuera sólo por eso, ni hablar, pero que tampoco podemos rechazarlo sólo por eso, y creo que me estoy explicando. Un ejemplo muy sencillo, el fútbol, por ejemplo. No todos los de fuera son muy buenos y los de aquí muy malos, pero tampoco al contrario, y que en caso de empate me quedo con el de aquí, está claro, pero que si el de fuera es mejor, pues eso, con ese me quedo. Qué bueno, que estaba hablando de gachas y he acabado con fútbol, pero que todos nos entendemos, me parece a mí. En fin, que eso es como lo de los cerros esos tan célebres, que una llega, pero no sabe cómo acaba saliendo.

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