Amarga alegría

Yo soy el primero que lo tiene claro, clarísimo, que este año es de permanencia, que el objetivo es no pasar apuros y ya está, lo tengo claro, pero es inevitable no mirar hacia arriba. No creo que haya un aficionado cordobesista que no lo haya hecho. Y el que diga la contrario, pues eso, que no me lo creo.

Como se suele decir, soñar es gratis, y lo mismo pasa con ilusionarse. Con la diferencia esta vez que si no se consigue no pasa nada de nada, pues no lo teníamos previsto. Así es tal cual. Este año es de no pasar sofocones, de mantenernos, que no olvidemos que somos de los presupuestos más bajos del fútbol profesional de toda España, pero que ya puestos, pues eso, que soñar es gratis. Y no es solo por la posición que tenemos en la tabla, es por la imagen que está dando el equipo, serio, seguro, sin miedo, que le juega de tú a tú a todos los equipos, aunque tengan diez veces más dinero que nosotros, pero ahí estamos, dando la cara.

Menudo banquete le dimos al Granada, pero tela, de principio a fin, que los arrollamos, como si fuéramos un tren de mercancías, y no nos olvidemos que ellos tienen hasta jugadores que son del Madrid, que se dice pronto. La pena del partido contra el Granada, porque a veces hasta las alegrías más grandes tienen su parte amarga, fue la lesión de Adilson, que es de las graves, que esta temporada ya no lo volvemos a ver sobre el césped. Y lo vamos a echar mucho de menos porque es un jugadorazo de los grandes, de los puntales del equipo, al que le deseamos que vuelva lo antes posible y que vuelva bien, como es él. Te necesitamos, Adilson.

Cuando vea al alcalde tengo que decirle lo que me cuentan mis vecinos del barrio que el domingo pasado fueron al Arcángel, y que vinieron de barro hasta las cejas. Hombre, a eso habría que darle una vuelta, que no es bueno que demos esa imagen, que Segunda no es moco de pavo, y vinieron unos cuantos de granadinos y yo creo que eso no queda bien.

En fin, que todo es mejorable, pero también es verdad que todo puede ir a peor, pero no seamos gafes. Vamos a disfrutar de este momento por el que pasa nuestro equipo y que el pasado verano ni nos podíamos imaginar, porque esa es la única verdad, y el que diga lo contrario no me lo creo. Que yo mismo siempre he sido la mar de pesimista, y mira, ahora estoy hasta optimista. Aunque lo vuelvo a recordar, lo primero es lo primero, y eso es asegurar la permanencia, que la tenemos ya a medio metro, y puede que menos, y después a soñar, y que pase lo que tenga que pasar. Y ojalá vuelva pronto Adilson, para que la felicidad sea completa.