Una de las mejores sensaciones es la de sentirse identificada con una historia de ficción. Ver en los personajes y las tramas el reflejo de lo que sucede en tu día a día, de las personas que te rodean o incluso de una misma, es mágico. Y eso es lo que ocurre con Valeria. Ahora también con la serie de Netflix que lleva este nombre, pero lo que realmente no tiene desperdicio es la saga de novelas de Elísabet Benavent. Entre otras cosas, por las historias de amor que cuenta.

A lo largo de los cuatro libros y de los capítulos de la serie, son varias las parejas que pasan por todo tipo de momentos. ¡Quién no ha tenido (o tiene) un Víctor o un Borja en su vida! Pero esas no son las únicas historias de amor que merecen la pena de esta ficción. Hay otras dos que son igual o más importantes. Por un lado el amor a una misma. Por otro, el amor a las amigas como el que se tienen Valeria, Nerea, Carmen y Lola. Y poder disfrutar de este último, es todo un privilegio.

Si hay una máxima que sigue Valeria a rajatabla es que sus amigas son el gran amor de su vida. Y qué afortunada hay que sentirse cuando en la vida real también se tiene este sentimiento. Son infinitas las ocasiones en las que hay que escuchar comentarios sobre la rivalidad femenina, sobre la maldad entre mujeres, sobre lo complicado que es llevarse bien. Que esto sucede es un hecho. Pero también ocurre todo lo contrario. Porque… ¿Qué sería de nosotras sin nosotras?

Tener amigas que te escuchen, que te digan lo que piensan y no lo que quieres escuchar, con las que reír y guardar momentos para la posteridad, con las que no te dé vergüenza llorar o que descuelguen el teléfono a deshora es uno de los grandes placeres de la vida. Suerte es tener amigas de esas que siempre miran por ti, que jamás te juzgan, que te dan los mejores consejos aunque sepan que tú luego vas a hacer todo lo contrario, que solo con ver tus ojos saben lo que pasa por tu mente.

La gran fortuna es estar rodeada de amigas que te van a dejar caer para después levantarte, que te van a escuchar aunque el audio-podcast que hayas enviado sea de cinco minutos, que mientras las etapas pasan en tu vida, ellas permanecen. De esas con las que brindar siempre con una buena copa de vino porque con ellas se cumple el dicho de que hay amigas que se convierten en la familia que una elige.

Porque Valeria tiene razón: el amor entre amigas merece ser gritado, porque la amistad entre mujeres sin rivalidades, sana, bonita y enriquecedora sí que existe.

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