Pues parece que vamos saliendo, poco a poco, pero vamos saliendo, y con más cabeza y mesura de lo que se ve en otros sitios. Y es que en eso yo estaba seguro que los cordobeses nos íbamos a portar como corresponde, que no somos gente de dar la nota y de ser estrafalarios cuando no toca, porque ahora toca, sino todo lo contrario.

Parece que ya vamos a una nueva fase en la que supuestamente podemos hacer más cosas, siempre que no salgamos de Córdoba, que todavía nos queda un poco para eso. Aunque eso para mí, precisamente, no es ningún problema, que esa norma no la quitan y yo no me doy cuenta, que salvo el viaje que hice unos veranos para ir a Fuengirola, de aquí no he salido. Y claro, hay que tener en cuenta que ir a Fuengirola no se puede entender como salir de Córdoba, si uno se para a pensarlo, que tú pides allí un valgas y saben de lo que estás hablando, que no tienes que explicarlo como en otros sitios, que más de una vez me ha sucedido, y más de dos.

Pero bueno, a lo que iba, que la cosa parece que va bien y por eso vamos a cambiar de fase, que eso es lo que realmente importa. Porque la verdad es que ya llevamos un tiempo con esto, que se nos está haciendo tela de largo y ahora con la calor esto ya se puede ir de madre, como se suele decir. Desde el jueves cuesta mucho ponerse la mascarilla, seamos sinceros, y eso que yo soy de los que no se la quitan cuando sale fuera de casa, pero que cuesta, y un buen trecho, seamos sinceros. Que te suda el bigote como si estuvieras cogiendo higos chumbos a las tres de la tarde, eso es así. Pero hay que seguir haciéndolo, por nosotros y por toda la gente, faltaría más.

Con lo que estoy yo muy pendiente, y supongo que lo está todo el mundo, es con lo de la vacuna, que eso sí que va a suponer que podamos regresar, más o menos, a la vida que hemos llevado hasta ahora. Y mira que hay gente investigando, de doscientos países, y cada uno contando una cosa, que algunos dicen que van a empezar a probar este mismo verano. Ojalá estuviera mañana mismo la vacuna, ojalá, que eso sería la mejor señal. Cuando ese día llegue, y que además va a llegar muy pronto, nos vamos a llevar una de las mayores alegrías de nuestra vida y habrá que celebrarlo como se merece, con un fiestorro de los grandes, claro que sí. Pero hasta entonces, prudencia y buena letra. En fin, que lo hemos hecho muy bien hasta ahora y no vamos a meter la pata por unas prisas de última hora. Claro que no, que ya verán como merece la pena y nos alegramos todos.

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