Análisis

manuel sánchez

Riesgos a la baja del crecimiento de la economía china

Los principales datos económicos de China confirman una ralentización de su crecimiento. Esta pérdida de momentum se observa principalmente en la evolución del consumo privado y de la inversión en infraestructuras y empresarial. Una vez diluido el efecto base generado por la pandemia en el 1T2020, en mayo se registró una nueva moderación de la formación bruta de capital por parte de las empresas públicas chinas, con un avance de un 11,8% interanual frente al del mes anterior de un 18,6%.

Influye el menor tono expansivo de la política fiscal, con un incremento interanual del gasto público de un 7,2% en mayo tras situarse en torno a un 17% en el mismo periodo de 2020, por debajo de su media anual (8,3% entre 2018 y 2019.

El consumo privado continuó lastrado no solo por la incertidumbre asociada a la crisis sanitaria ante los rebrotes en áreas de la provincia de Guangdong y de los ingresos de los hogares a futuro, sino también porque podría estar reflejando posibles cambios estructurales en los patrones de consumo generados por la pandemia.

También el sector exterior podría verse afectado a corto plazo por la escasez de suministros de inputs de producción clave, la interrupción de una de las cadenas de terminales de contenedores del puerto de Shenzen y el encarecimiento de las materias primas básicas.

Así, el ritmo de crecimiento chino podría moderarse en 2021, situándolo el consenso en un rango de 8,4-8,8% anual, frente al 8,9-9,4% estimado previamente. Un escenario que, si persiste, podría llevar al Gobierno a introducir nuevos estímulos fiscales a partir del 2º semestre, lo que daría lugar a un nuevo incremento de su deuda pública.

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