Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
Una cuestión de sobrevivencia, el impulsor público
En línea con los principales organismos internacionales, el Banco de España) ha elevado las previsiones de crecimiento de la economía española en 2021 y 2022. Un hecho explicado por el repunte de la actividad observado este trimestre, tras la contracción del PIB en el primer trimestre (-0,4% trimestral), ante la estabilización a la baja del coronavirus, el avance de vacunación y la relajación de las restricciones de la movilidad, especialmente al decaer el estado de alarma el pasado 9 de mayo.
Esta recuperación se refleja en el incremento de la afiliación a la Seguridad Social, la reducción del número de trabajadores afectados por un ERTE y la mejora de los indicadores de confianza. Ha sido significativa la mejora de las perspectivas en el sector servicios. El PMI servicios repunta en mayo 4,8 puntos hasta 59,4 puntos, el mayor registro entre las principales economías de la eurozona.
En este entorno, el BdE prevé que en el 2T el incremento de la producción española alcance un 2,2% trimestral, que dará paso a una aceleración de la fase de expansión hasta finales de 2021, favorecida por el repunte de la demanda de las economías avanzadas, el despliegue de los fondos Next Generation UE y la actuación de la política monetaria y fiscal.
En su escenario base (presupone que un 70% de la población española estará vacunada a finales de agosto y que se producirá una nueva relajación de las medidas de restricción de movilidad hasta su total desaparición a finales de este año), se proyecta un avance del PIB español de un 6,2% anual en 2021. Esta revisión al alza se sitúa en un rango intermedio respecto a las previsiones del FMI de un 6,4% anual y de un 5,9% anual en el caso de la OCDE.
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