Psicología del cáncer

La enfermedad afecta al paciente y también a los familiares que lo rodean

Cada año se diagnostican en España cerca de 280.000 casos de cáncer. Se trata de una enfermedad que tiene un fuerte impacto emocional en los pacientes y en sus familias. Sentimientos como el miedo, incertidumbre, incredulidad, rabia o tristeza son habituales cuando se padece esta patología.

Por eso, cuando las emociones producen un gran malestar en el paciente o en su familia es conveniente acudir a un profesional. La psico-oncología es la rama de la psicología que se encarga de la intervención, asesoramiento y acompañamiento de las personas afectadas de cáncer y sus familiares. Un aspecto a tener en cuenta ya que, el proceso oncológico conlleva también cambios a nivel de pareja, familiar, social y laboral a los que hay que adaptarse.

La terapia tiene como finalidad ayudar al paciente a que se sienta mejor anímicamente, ya sea a través del desahogo emocional, del aprendizaje de métodos para solucionar problemas, o de recibir el apoyo de la familia. Y es que, el cáncer no sólo afecta a los pacientes, sino también a los familiares que lo rodean.

Desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ofrecen un servicio gratuito de atención psicológica. Su responsable, Carmen Yélamos, ha acudido a ¿Qué me pasa doctor? para explicar cómo es el trabajo que realizan los psico-oncólogos con pacientes que sufren esta patología.

Entre el 30% y el 50% de las personas con cáncer presentan alguna alteración psicológica. La intensidad de las emociones en los pacientes puede producir un gran sufrimiento. Y cuando esta intensidad es excesiva y produce un gran malestar es conveniente la intervención profesional.

Algunos aspectos que se trabajan durante la terapia son reducir la ansiedad y los miedos, mejorar el estado de ánimo de los pacientes y su bienestar. Además, se busca disminuir el sufrimiento que supone afrontar el diagnóstico y las pruebas médicas. También ayuda a tolerar mejor los tratamientos y los efectos secundarios. Y a nivel social, la terapia mejora la comunicación con la familia y el entorno. Asimismo, puede ser útil cuando hay que afrontar el fallecimiento de un ser querido. Y sepan que cada vez se insiste más en la necesidad de realizar deporte ante un diagnóstico de cáncer, siempre supervisado por el médico.

El ejercicio físico consigue una mejora de la calidad de vida y de la función física de los pacientes de cáncer. Psicológicamente ofrece muchas ventajas. Ayuda a mejorar la autoestima y demuestra a los pacientes que pueden seguir manteniendo una vida activa. Asimismo, reduce la sensación de fatiga relacionada con el cáncer y disminuye trastornos como ansiedad y depresión asociados al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Y se ha probado que realizar ejercicio físico en grupo tiene beneficios tanto a nivel físico como psicológico.

En definitiva, a la hora de afrontar el cáncer además de las herramientas médicas, complementarlo con terapia en los casos necesarios y ejercicio físico puede ayudar a llevar de una manera más positiva esta enfermedad. Es lo que hay. Seguro.

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