¿por qué algunos de los proyectos de ingeniería más ambiciosos y vanguardistas en su momento han terminado abandonados?; ¿cuáles son los secretos y los entresijos que se esconden detrás de estos inesperados finales?; ¿quién está detrás de su construcción y cuáles fueron las razones de su declive? Todas estas y otras muchas preguntas son respondidas por el equipo de expertos de Ingeniería abandonada, que ha regresado a DMax con una nueva temporada este mes de diciembre. Cada viernes por la tarde se ofrecen dos nuevas entregas de este docurreality que realiza un viaje en busca de las estructuras abandonadas más espectaculares alrededor del mundo. Proyectos de vanguardia en su momento, y que en la actualidad se encuentran abandonados, en desuso e incluso en un estado ruinoso, pero que siguen siendo consideradas auténticas obras de arte de la ingeniería.

Ingeniería abandonadano se queda en lo estético, sino que llega hasta el fondo de cada historia para intentar encontrar los motivos reales de su actual situación. Puentes, barcos, carreteras, pueblos o estaciones de transporte abandonados son algunos de los protagonistas del formato.

El equipo de expertos ingenieros e historiadores de la serie ofrece un completo análisis de cada caso, explicando cómo y por qué fueron construidos, valorando los costes financieros y sociales de estos proyectos, y examinando el impacto ambiental y ecológico que provocaron en los lugares donde fueron edificados, entre otros aspectos de interés. Además, también examinan los planes de otros expertos en la materia para intentar dotar a estas estructuras de una segunda vida que logre devolverlas el esplendor que tuvieron en su momento de gloria.

Para arrancar esta segunda temporada de Ingeniería abandonada en DMax, el canal invitó a los espectadores a viajar hasta el pirineo aragonés, concretamente a la estación abandonada de Canfranc, que ha sido el punto de partida de las nuevas entregas.

El equipo de expertos del programa se desplaza hasta este hermoso enclave junto a la frontera con Francia donde se encuentra esta impresionante obra arquitectónica construida a principios del siglo XX e inaugurada en 1928 por el rey Alfonso XIII. Sus majestuosas dimensiones y la belleza de su construcción y ornamentación han llevado a esta infraestructura en desuso a ser considerada un Bien de Interés Cultural, convirtiéndose en un punto turístico de referencia para todos aquellos que visitan las pistas de esquí de la cercana estación invernal de Candanchú. Una lección de arquitectura e historia que instruye sobre cómo hacer turismo educativo.

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