Análisis

Rafael Recio Barba

Médico traumatólogo

Objetivo: inmunidad de rebaño

La llamada inmunidad de rebaño es conocida como inmunidad de grupo, dándose cuando existe un número suficiente de individuos que están preservados contra una determinada patología infecciosa y actuaría como barrera impidiendo que el patógeno alcance a los que no están protegidos. En general, este tipo de protección se consigue por la vacunación o por un número suficiente de personas que desarrollen inmunidad natural tras su exposición. Estas son las únicas formas de lograrlo. En el caso del covid-19, se ha calculado que esta inmunidad de rebaño surgiría cuando más del 70 % de las personas la han desarrollado, por eso es importante saber qué carga de IgM tenemos. Thomas L. Friedman expone el enfoque que ha adoptado Suecia y que es radicalmente diferente al realizado por otras comunidades al tratar con el coronavirus. Básicamente, ha optado por una estrategia de "inmunidad colectiva" a través de la exposición, en el contexto de no poder disponer -no se sabe cuándo- de vacunas efectivas.

Mirando el tema como puramente biológico en la naturaleza, podríamos pensar que debe de tratarse como un problema adaptativo, es decir resiliente, en el cual habría que proteger fundamentalmente a las personas más desasistidas inmunológicamente hablando y que portan la morbilidad suficiente para ampararlos junto a las personas mayores. Esto supone que la inmunidad llegará en el período de tiempo que resulte de la exposición, como la mayoría de los expertos piensan.

Anders Tegnell, epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, en una entrevista en Usa Today: "Hemos tomado medidas razonables sin dañar realmente la atención médica o las escuelas. Vamos por una estrategia sostenible; algo que podemos seguir haciendo durante meses". Es posible que esté equivocado, pero el tiempo lo dirá.

Por otra parte, los expertos advierten que no se ha demostrado de manera concluyente que las personas que han tenido covid-19 son inmunes por la presencia de anticuerpos y que podrían contraer el virus nuevamente. Por ello, el objetivo que socava el argumento para buscar una vacuna es fundamental con la premisa de no saber cuan de efectiva será.

Da la impresión de que Suecia está manejando la pandemia como una cuestión económica y tiene más muertos que países de su entorno como Dinamarca y Noruega. Pero hay países que están adoptando el sistema sueco, como es el caso de Israel. Es el modelo de cuarentena basado en el riesgo. Uno de los científicos informáticos más reconocidos de Israel, Amnon Shashua, cofundador de Mobileye, empresa dedicada a la configuración de vehículos autónomos -en su artículo ¿Podemos contener covid-19 sin bloquear la economía?- describe tres modelos para manejar la propagación de virus.

1. Cuarentena selectiva basada en el riesgo: divida a la población en dos grupos, de bajo riesgo y de alto riesgo.

2. Cuarentena selectiva basada en la contención: encuentre todos los casos positivos y póngalos en cuarentena.

3. Bloqueo en todo el país (o en toda la región) hasta que la propagación del virus esté bajo control. El bloqueo podría llevar de semanas a meses. Esta es la ruta más segura pero no evita que ocurra una "segunda ola".

Los modelos 2 y 3 podrían funcionar en conjunto y han sido probados en China y Singapur. El Modelo 3 es actualmente el predeterminado en todo el mundo y, naturalmente, tiene un tremendo impacto paralizante en la economía. El Dr. Katz es, presidente de True Health Initiative y el director fundador del Centro de Investigación de Prevención Yale-Griffin, apostilló: Los datos de Corea del Sur, donde el seguimiento del coronavirus ha sido el mejor hasta la fecha, indican que hasta el 99% de los casos activos en la población general son "leves" y no requieren tratamiento médico específico. El pequeño porcentaje de casos que requieren tales servicios están altamente concentrados entre los mayores de 60 años y más aún las personas mayores. En igualdad de condiciones, los mayores de 70 años tienen un riesgo tres veces mayor de mortalidad que los de 60 a 69 años, y los mayores de 80 años casi el doble del riesgo de mortalidad de los 70 a 79 años.

Desde los primeros días de la pandemia, hemos estado utilizando el distanciamiento social para aplanar su curva. Países como Nueva Zelanda y Taiwán han tenido un éxito temprano, desafiando la idea de que el control es imposible. Debemos aprender de sus éxitos.

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