Uno de los olores que más me gustan, con diferencia, es el de los jazmines, que desde nene me vuelve loco. Y vaya flor bonita, así tan cerrada por el día, y tan abierta por la noche, para que luego digan que las plantas no tienen vida. Pues el otro día nos dimos un lote de coger jazmines en la casa de Teresa, una amiga del barrio y que tiene un patio de postal, una cosa bonita.

Además, los jazmines siempre me recordarán a mi madre, que todas las noches me ponía un puñaíto en la mesita de noche para que no me picaran los mosquitos. Y eso lo hacía todas las noches del verano, ni una se olvidaba, aunque yo estuviera durmiendo. Yo no sé si era efectivo o no, pero mi madre conseguía que durmiera de un tirón, y yo creo encima que no me picaba ni uno. Por eso, cada vez que me encuentro o huelo jazmines me acuerdo de mi madre, y puede que por eso me gustan tanto. Lo que disfruté el otro día, no se pueden hacer idea, pero tela, porque la casa de Teresa es de las de antes, y la tiene puesta con un gusto que no se pueden imaginar.

Y además ahora para ella sola, porque los hijos se han ido a vivir a sus propias casas, que yo creo que el mayor está en un piso del Zoco, creí entender, y la más pequeña está en Madrid, en uno de esos trabajos tan buenos que yo no termino de entender. Y Paco, el marido, el pobre, se murió hará ahora cinco o seis años, creo recordar, que vaya tío más buena gente que era, todo corazón, y generoso, que anda que no organizaba cosas en su casa.

Pero ahora la tiene mejor, hay que reconocerlo, que es el entretenimiento de Teresa, y se le nota. De vez en cuando le echa una mano Soraya, que estas cosas de la decoración se le dan la mar de bien, que vaya mano tiene. Aunque yo creo que tiene mano y gracia para todo lo que se proponga, y hay mil ejemplos para demostrarlo.

Pues el otro día nos juntamos en el patio de Teresa para coger jazmines, como he contado, pero también para tomarnos un tapeíllo fresquito, que anda que no tenía congelados los botellines, que un poco más y se le quedan como polos flash.

En fin, que ya estamos en verano, en pleno julio, y ya estamos pensando en lo de agosto en Trassierra, que finalmente hemos dicho que sí, que esas oportunidades no se pueden perder. Allí que nos vamos a plantar los tres, que yo creo que lo vamos a pasar mejor que bien. No será por ganas y no será por las buenas juntas que vamos.

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