El parqué
Álvaro Romero
Pequeñas subidas
Tribuna Económica
No es raro encontrar comentarios sobre cómo vamos a pagar por el coste de esta crisis, y si España puede endeudarse para hacer frente a los gastos sanitarios, desempleo y ayudas, mientras se reducen los ingresos públicos por impuestos. Dos hechos nos tranquilizan algo sobre este asunto.
El primero es que la crisis nos coge con unas finanzas muy saneadas; frente al bulo generalizado, España no ha tenido secularmente problema de endeudamiento público hasta la crisis financiera, consecuencia de un inmenso endeudamiento privado para invertir en el sector inmobiliario, donde los inmuebles llegaron a valer menos que la deuda; la caída de la producción y el paro, con más gastos y menos ingresos, llevaron al déficit que conocemos. La deuda se mide con respecto a lo que producimos, y en los últimos años se ha reducido desde algo más del 100% del producto, a un 95,8%, disminuyendo la deuda nueva menos la que se amortiza desde 100.000 millones en 2012, a 30.000 en 2019. El coste de lo que se paga por la deuda nueva no llega al 0,5%, y el coste medio de toda la deuda es sólo un 2,34%, contando aquí deuda antigua con intereses superiores al 5%. Además, el plazo medio es de 7 años y medio, somos el mayor emisor a plazos largos de la Unión Europea, y gracias a esta política previsora no hay un problema a corto plazo; por ello el Tesoro español ha obtenido el premio de la Financing Review, The Banker, y Global Capital, como la -lo pongo en original- "Most Impressive Sovereign Funding Team". De esta deuda, el 48% la han comprado fuera y el 52% la tenemos nosotros, esto es, nos la debemos a nosotros mismos.
El segundo hecho es que la reducción del producto, con menos ingresos y más gastos, puede llevar el déficit al 100% del producto. Esto es un problema pero no un drama, pues aunque por la nueva deuda paguemos algo más, el interés marginal se diluiría en ese 2,34% que es nuestro coste medio; las bajadas ocasionales de precios de deuda en los mercados, que con tanta alarma publican algunos, es ahora marginal para el Tesoro español. El Banco Central Europeo ha comprado deuda de los países de la UE por 2,8 millones de millones de euros, compra 20.000 millones todos los meses, y añade 750.000 millones más en 2020; el efecto de este poderosísimo comprador es hacer bajar los tipos de interés en todos los países. Esto sólo es posible con deuda en una moneda como el euro, por la que se está dispuesto no ya a cobrar pocos intereses, sino incluso a pagar.
En conclusión, España es un país solvente, sin problemas para financiar los costes de esta crisis, por muy elevados que sean; cuenta además con el poderoso y apolítico Banco Central Europeo, y sin duda habrá una respuesta del Parlamento y la Comisión para disponer de recursos, entre ellos el fondo europeo de estabilidad financiera, sin las condiciones políticas que sí se aceptaron en la crisis inmobiliaria. Otra cosa es cómo organizamos nuestras futuras cuentas fiscales, cuestión sobre la que todo tipo de discusiones, posibilidades y dudas siguen despiertas; y de la que por ahora sólo podemos decir con J.R.R. Tolkien que: "Mis dudas se echaron a dormir, pero con un sueño intranquilo".
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