Uno de los principales impactos que está provocando la guerra en Ucrania, más allá de las implicaciones inflacionistas y en términos de crecimiento económico, es el deterioro de la confianza y las expectativas de los hogares y de las empresas. Todo ello en un entorno de crecientes niveles de precios ante la persistencia de los shocks de oferta surgidos desde la pandemia, que se han agravado a raíz del conflicto.

El indicador de confianza ZEW de Alemania ha sufrido en marzo su mayor desplome histórico, cayendo 93,6 puntos hasta -39,3 puntos, mínimo desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020. En comparación, en ese periodo el indicador descendió 58,2 puntos.

El empeoramiento de las perspectivas afecta prácticamente a todos los sectores de la economía alemana, pero especialmente a los intensivos en energía ante el impacto de la guerra en los precios de las commodities, los suministros y los flujos comerciales. La encuesta, realizada a un conjunto de expertos del sector financiero, refleja también el creciente riesgo de que se produzca un escenario de recesión.

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