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Debate sobre las CBDC
Tribuna Económica
Hace una semana The Economist publicó un artículo que llama la atención. Su título: “Un argumento erróneo a favor de las monedas digitales del banco central (Central Bank Digital Currencys, CBDC)”. La entradilla sigue diciendo: “Los políticos europeos se equivocan: la economía no necesita un sustituto digital del efectivo”. Como me encuentro entre los defensores de que las CBDC son necesarias en un mundo digitalizado, me intereso vivamente por conocer este razonamiento para ver si me hace cambiar de postura o no.
El artículo se escribe a raíz de la consulta pública (La libra digital: ¿una nueva forma de dinero para hogares y empresas?) que el Banco de Inglaterra está realizando actualmente. En su introducción defiende que se necesitarán CBDC para anclar el valor del dinero en un sistema financiero con un uso del efectivo cada vez menor. Es la misma razón que viene apuntando Fabio Panetta, miembro del BCE, para defender el proyecto del euro digital, y que, en general, todos los banqueros centrales están esgrimiendo.
El asunto es muy amplio, con cuestiones de fondo profundas e importantísimas, pero el artículo se centra sólo en un aspecto: la confianza en los depósitos bancarios. Según parece, en dicha encuesta se argumenta que actualmente dicha confianza reside en que pueden convertirse en dinero físico en cualquier momento; entonces, si éste desaparece, los depósitos bancarios pueden verse similares a cualquier stable coin o a otras monedas digitales extranjeras, y de ahí la necesidad de las CBDC para seguir asegurando la convertibilidad en dinero público del dinero bancario y que los depósitos sigan siendo confiables.
Esta conclusión es rechazada de pleno en el artículo, pero sólo expone una serie de comentarios que nada rebaten. Entre ellos, el desconocimiento de la población sobre el sistema bancario, que ignora que cuando deposita dinero en un banco no tiene sus billetes guardados ahí, sino que se los ha prestado con la promesa de poder recuperarlos cuando quiera. Y si está tranquilo es porque sabe que el sector público está detrás para protegerlo si el banco falla. Ni distinguiría la diferencia entre tener el dinero en una billetera con dinero digital público y en un depósito bancario.
El artículo es confuso y desenfocado. Primero, porque parte de una hipótesis extraña, imposible que el BoE la haya planteado exactamente en esos términos, ya que inicia la consulta, como el resto de bancos centrales, manifestando que el dinero físico no desaparecerá, sino que convivirá con su nueva versión digital. Segundo, porque, en todo caso, aunque fuera un argumento erróneo para defender las CBDC, es sólo una arista y no la más trascendente, y de ello no puede deducirse que los políticos europeos se equivocan, que la economía no necesita un sustituto digital del efectivo, como resalta la entradilla.
Este tema es crucial. La digitalización está removiendo profundamente los medios de pago y empujando a la construcción de un nuevo sistema monetario y financiero. Las CBDC pueden traer de la mano la posibilidad de uno mejor. Todas las aportaciones que ayuden al debate son pocas. El próximo 30 de junio acaba la consulta del BoE. Comentaré los resultados.
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