Análisis

francisco andrés gallardo

Cocina fusión con fusión de flamenco

Este viernes de la semana próxima Estrella Morente, palabras mayores, abrirá el Flamenco Festival de Trocadero Sotogrande, una iniciativa en un paraje de buenas vistas con mejores sabores y ahora exquisitos sonidos. Por el festival de flamenco pasarán El Cigala (gran nombre para la ocasión), La Mari de Chambao, La Tremendita o Navajita Plateá. Flamenco puro y flamenco de fusión con sones nuestros bien reconocibles.

La iniciativa de Trocadero Sotogrande, que dirige Gorka Lozano, relanza la música y la cultura en esta temporada que necesita tanto 're-animarse' y pone como escenario el Meditérraneo camino de fusionarse con el Atlántico. En una encrucijada así, tan idílica, los veranos se relamen y relajan. Sotogrande necesitaba un exponente enraizado al sur de todos los sures como ese festival en un beach club donde la gastronomía es uno de los pilares en su excelencia en el ocio.

La carta de los siete establecimientos del Grupo Trocadero, cuatro de ellos en Marbella, reúne los platos esenciales del verano andaluz con nuevas y bien tratadas incorporaciones de distintos países que poco a poco ya forman parte de nuestros hábitos comensales. Y cócteles imprescindibles.

El chef ejecutivo José Antonio Manrique maneja una amplia carta que abarca todos los gustos y los momentos del día. Con tono desenfadado, como corresponde a una cocina frente al mar, en el rotundo disfrute del playeo, sin dejar de lado la calidad de primera. En muchas ocasiones se han manoseado la palabra chiringuito, pero el concepto de Trocadero es rendirle pleitesía en todos los apartados posibles y en la atención al visitante que exige la gran evasión.

En Trocadero Sotogrande la oferta se despliega por todas las temáticas posibles, desde ibéricos y quesos tan de nosotros como las frituras de pescado habituales que aquí se convierten en excepcional, lo que nunca es tan fácil, como sabe cualquier veraneante. En mariscos, igualmente. Ejemplares que también se trabajan con las brasas que dan a su vez el merecido a pescados (lenguado, atún rojo) y a cortes excelentes de carne, con chuletones al carbón de encina.

En arroces cualquier lugar mediterráneo sabe que es materia seria y a los platos de pasta, otro asunto al que hay que aplicarle rigor, se les añade también la propuesta de los phads thai. Porque, recordemos, estamos hablando de un lugar de fusión, donde el sushi se aleja de los convencionalismos ramplones, por técnica y por el material costero del entorno.

Trocadero, que nos resuena a intervención francesa en Cádiz, es aquí una victoria andaluza de la gastronomía y el ocio.

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