Helena Arriaza

Carretera, manta y una buena estufa

Pantalla táctil

11 de febrero 2019 - 02:36

Contar con Jesús Cintora para un programa de televisión siempre es positivo. La Sexta estuvo acertada al fichar al periodista al que fulminaron de Las mañanas de Cuatro. Tras su polémica salida del programa matinal, en Mediaset le dieron alguna oportunidad pero en ningún momento se vio demasiado interés por dar a Cintora el sitio que merece. Algo que en Atresmedia sí están haciendo. Comenzó como colaborador de algunos programas como La Sexta Noche y desde hace unas semanas ya conduce su propio formato.

Cintora presenta los miércoles por la noche Carretera y Manta (y una estufa). Es un programa con una intención buena y que intenta diferenciarse de los demás debates televisivos. Aunque tiene algunos aspectos que desconciertan. Y son esos aspectos los que hacen que no esté obteniendo grandes resultados. Que el plató sea un camión que cada semana hace parada en un lugar diferente del país está bien. Es una forma de dar protagonismo a diferentes pueblos y ciudades. E implica un gran trabajo. Hace unas semanas montaron el plató en Sevilla y pude ver los días de trabajo que conlleva tenerlo todo listo en menos de una semana. Pero el hecho de que sea un plató abierto en plena calle hace que casi todo el rato el espectador se fije más en el frío que está pasando el público y los invitados que en el debate. Resulta más llamativo ver a los que están junto a Cintora abrigados, con el vaho saliendo por sus bocas y frotándose las manos para intentar entrar el calor que el debate en sí. Esto provoca que el formato resulte más frío de lo que es y que la audiencia sufra al ver a los congelados.

Los temas están bien elegidos. Pensiones, alquileres, salarios, precariedad laboral, narcotráfico, sanidad o cambios de gobierno son algunos de los aspectos que hasta ahora se han tratado en el camión. Temas que están a la orden del día y que afectan a la mayoría de ciudadanos ya sean de un lugar u otro del país. Otro punto positivo es que los colaboradores de cada programa van rotando y que son tanto rostros conocidos como personas desconocidas de diferentes sectores y nivel. Algo que permite que haya diferentes puntos de vista. Lo que sucede es que más allá de lo ingenioso de tener un plató sobre ruedas el programa no se distingue por mucho más. La Sexta tiene una programación repleta de debates y entrevistas interesantes. Carretera y Manta llegó para unirse a La Sexta Noche, Al rojo vivo, El objetivo, Liarla Pardo, Más vale tarde y Salvados. Y aunque es un buen formato, no sorprende. No se escucha algo diferente, no se tratan temas sobre los que no se haya debatido ya. Y esto hace que el espectador no perciba novedad y termine por olvidar que el programa existe.

En definitiva, siempre está bien tener en la programación un presentador como Cintora, un programa que debata sobre temas de actualidad y un espacio que dé sitio a personas con opiniones muy distintas. Pero la falta de novedad, la competencia y sobre todo el frío que se percibe no ayudan a que el formato se haga un hueco en la programación. Esperemos que Cintora tenga su merecido sitio en Atresmedia y Mediaset se arrepienta de haberlo dejado marchar.

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