El miedo a no tener raíces o la necesidad de integración son dos aspectos característicos de la globalización que espantan a la identidad. A partir de esta premisa, el escritor, periodista y cineasta David Trueba habló ayer de su último libro, El siglo XXI cumple 18, en un coloquio dirigido por la periodista de el Día Ángela Alba y titulado Un siglo adolescente, dentro de la 46 edición de la Feria del Libro de Córdoba.

Una nueva manera de ser, esto defiende Trueba en una obra donde se hace un repaso por la emigración, los nacionalismos y, por supuesto, las nuevas tecnologías. Su libro recoge una serie de artículos que pretenden condensar un convulso inicio de siglo donde todo parece haber cambiado tras una larga despedida del siglo XX que se las prometía mucho menos decepcionante de lo que finalmente fue.

El siglo XXI, afirmó Trueba durante el coloquio, “se comporta como un adolescente: trata de ver dónde están los límites y es poco dócil”. La responsabilidad, claro está, recae (en parte) en las personas. El escritor recordó cómo en su adolescencia ya le molestaba el gregarismo, el “hacer todos lo mismo” y “disimular a una personalidad propia”. Ahora, añadió, “somos una generación con menos apego”.

Las migraciones, tema clave en su libro, ocuparon también gran parte de esta charla. Sobre las mismas, Trueba recordó cómo “siempre han sido una necesidad y ahora se perciben como un peligro”. Puso como claro ejemplo de esa percepción Estados Unidos y el discurso racista y antiinmigración de su presidente, Donald Trump. Se trata de un país, manifestó, “que siempre se ha enriquecido de las grandes migraciones” y ahora, “cuando se revuelve contra sus propios orígenes provoca un efecto de contagio” en otros lugares.

Eso sí, Trueba también defiende que dentro del debate de las migraciones o del nacionalismo no hay “nada nuevo bajo el sol”. Sin embargo, sí existe un elemento diferenciador que condiciona estos indicadores: las nuevas tecnologías. Para el cineasta madrileño, el teléfono móvil conlleva una “condición de aislamiento” que actualmente plantea la pregunta de si “seguirá la dinámica” de ese aislamiento o “se recuperará el sentimiento colectivo”.

El contacto es importante, apuntó Trueba, para añadir que “por eso el sexo” a través del móvil tiene “tanto éxito” porque “desaparecer es más fácil que en la vida real”. ¿Existe, por lo tanto, una perversión de las relaciones humanas, una deshumanización? Para Trueba esas relaciones “siempre han sido perversas” porque “una época no es peor que otras”.

Medios de comunicación y 'fake news'

En el coloquio también se introdujo el concepto de fake news y cómo se ven potenciadas por estas nuevas formas de comunicación. El escritor insistió, de nuevo, en que el concepto no es nuevo porque “la mentira ha existido siempre”, pero sí reconoció que esas nuevas tecnologías permiten “engañar a 50 millones de personas de una misma tacada”. La solución, aunque difícil, para el periodista es la misma que en el siglo XVII, “que la gente se cultive, estar más preparados”.

Acerca de la responsabilidad de los medios de comunicación en este asunto, Trueba apuntó que “no creo en la pureza de las cosas” y que esos medios “son un negocio que antes tenían que albergar buena información para tener anuncios y ahora los anuncios marcan la información”.

Homenaje a Gata Cattana

Gata Cattana.

Cuestionar las cosas, denunciarlas y defender lo que creía justo era también parte de la vida de Ana Isabel García, Gata Cattana. La rapera y poeta adamuceña, que murió en 2017 a los 26 años, protagonizó otra de las citas del día en la Feria del Libro. Poetas, escritores y raperos participaron en un acto de homenaje a Gata Cattana tras la edición de su poemario La escala de Mohs (Aguilar). La periodista Pilar Sanabria, el poeta Miguel Matamala o los raperos Clásico y Klay interpretaron algunos de los poemas de la cordobesa en un sentido homenaje que cerró Ana Llorente, madre de Gata.