Más que un trozo de madera de moral

Á. V.

08 de julio 2012 - 05:00

Timple: Pedro Izquierdo. Guitarra: Carlos Mozzi. Fecha: viernes 6 de julio. Lugar: Sala Polifemo. Media entrada.

Aunque ya se usan para ello materias primas diversas, el timple creció gracias a la madera de moral que abunda en Canarias. De allí se ha vuelto símbolo sonoro este pequeño descendiente de las guitarras batentes del barroco europeo que vive nuevos tiempos gracias a estudiosos como Pedro Izquierdo, considerado con razón un mago del timple. Su labor supera lo meramente musical para adentrarse en terrenos pedagógicos o incluso antropológicos. Con cinco cuerdas y agudo sonido, con la magia y belleza canarias adheridas, el Timple sirve de puente entre Europa y Latinoamérica. Pedro y Carlos Mozzi, su guitarra de confianza, expresaron en el Góngora la riqueza musical que este instrumento de cuerda pulsada es capaz de proveer. Piezas populares de las Islas Canarias y otras de compositores como Héctor Quatromanos, Agustín Barrios, Atahualpa Yupanqui o el propio Pedro Izquierdo ocuparon la cita. Así, la imaginación voló a la América Latina con Quiero ser tu sombra, Danza Paraguaya o Piedra y Camino, que enlazan al timple con el charango boliviano, el cuatro venezolano, el ukelele hawaiano, el guitarro español o el cavaquinho portugués.

Sonaron emociones marcadas desde lo sentimental en piezas como Folias, pasajes más alegres con Isa, y el reflejo de estados de ánimo festeros, como es el caso de las Polkas, donde el timple es el rey de las parrandas canarias, y que muestra la influencia de Centroeuropa en el folclore de las islas. Su acusada personalidad brilló tanto por la peculiaridad sonora que le otorga su tapa armónica trasera (por ello le llaman "camellito") como por el carácter que le da su singular afinación, cuyo salto armónico requiere de una mayor destreza física y agudeza mental por parte del músico, diferenciándolo claramente de la guitarra, que acaba complementándolo en una simbiosis deliciosa.

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