"Los trajes a medida casi nunca funcionan en la música"

Fito Cabrales. cantante

El músico llega este viernes con los Fitipaldis a la Plaza de Toros con la gira de celebración de su 20 aniversario, en la que cuentan como telonero con Muchachito

Fito Cabrales llega esta viernes a la Plaza de Toros con los Fitipaldis.
Fito Cabrales llega esta viernes a la Plaza de Toros con los Fitipaldis.
Ángela Alba

Córdoba, 30 de mayo 2018 - 10:50

Fito Cabrales (Bilbao, 1966) tiene este viernes una cita con Córdoba dentro de la gira que está realizando por su 20 aniversario junto a los Fitipaldis. Será en la Plaza de Toros donde el artista vasco haga un recorrido por sus temas más significativos en un concierto en el que contará con un invitado que en este caso será el grupo Fetén Fetén. Además, habrá un doble atractivo ya que actuarán como teloneros Muchachito.

-¿Por qué ha querido revisar ahora su trayectoria?

-Hace 20 años que salió el primer disco de Fitipaldis pero la realidad es que ha sido inesperado. El verano pasado nos llamó el mánager, Polaco, porque desde la discográfica querían hacer un recopilatorio y dije "muy bien pero yo estoy intentando hacer canciones". Pero luego analizamos las colaboraciones que habíamos hecho; más de 30 canciones con diferentes artistas, y ahí empezó a picarme el interés. No sabía que había cantado con tanta gente. Se fue liando la cosa y metimos en el proyecto a amigos, la mayoría músicos y también gente relacionada con nosotros. El proyecto fue creciendo y en paralelo hablé con Carlos Raya (guitarrista y productor musical) y con Polaco y les dije que por qué no salíamos y hacíamos una celebración de los 20 años. Olvidé mi disco nuevo y nos centramos en pasarlo bien.

-Para pasarlo bien os acompaña Muchachito.

-Muchachito es la mayor alegría que hay en esta gira porque hay admiración artística y personal. Me llevaría a casa siempre a Jairo (Perera). Además, en cada ciudad nos encontramos con un invitado, algunos repiten y otros no. Estamos encantados con todos. Hemos tocado con Amaral, Rosana, Los Zigarros, Rulo, Ariel Rot... Fetén Fetén estarán en Córdoba; son dos músicos muy buenos.

-¿Qué momentos recuerda con especial emoción de estos 20 años?

-Quizá la emoción es estar aquí después de 20 años cuando los proyectos musicales como hacer una banda, intentar tocar y hacer discos son tan complicados en este inacabable mundo musical porque esto es un escaparate en el que mires para donde mires hay talento por todos lados. Luego, la vida está llena de sorpresas en lo musical y en lo personal. En el fondo, lo que celebramos, más allá de haber tocado con tanta gente o haber hecho tantos discos, es el no normalizar que hacemos discos y salimos de gira. Eso hoy en día es un lujo, somos unos privilegiados.

-¿Hay una fórmula para vender discos hoy en día, sobre todo haciendo rock?

-Hay millones de fórmulas lo que pasa es que no funciona ninguna. Realmente todo lo que se sale de lo estándar es lo que suele triunfar; los trajes a medida casi nunca funcionan en la música. Creo que no ser igual que los demás o tener una personalidad es quizá lo que más te puede acercar a destacar. Cuando nosotros empezamos todo el mundo me decía que por qué cojones tenía un saxofonista, por qué había tres solos en cada canción, por qué mis canciones duraban la más corta cuatro minutos... Me preguntas por fórmulas y creo que no existen.

-¿Cómo ve actualmente el rock; pasea en ambulancia, como dice Ariel Rot?

-(Ríe). Me resisto a creerlo. Creo que el rock es algo más que una etiqueta. En los 50 era muy fácil; era Little Richard, Jerry Lewis, Carl Perkins... Entonces se estaba creando y era muy fácil saber lo que era el rock. Ahora digamos que hay una visión totalmente diferente de un músico a otro. No sé si simplemente soy un nostálgico pero creo que el rock and roll es una música que tiene el mismo poder que tenía hace 30 años. Sigo pensando que sí porque no necesito muchas religiones, tengo a todos los grandes del rock y esos son los que me guían. Sí es verdad que a veces lo comentamos algunos: quizás dentro de unos años el rock sea como el blues, que tengamos que tocar solamente en festivales. Pero yo me resisto porque ahora mismo estoy haciendo una gira y veo a muchos chavales. Dependerá de lo que enganchen las bandas: al final es música y si sale un gran artista dentro de un estilo musical que conecte con la gran masa, ese estilo está vivo. Entonces, el rock dependerá de las bandas que hacemos rock. Si somos capaces de enganchar a la gente más joven, seguirá funcionando; y si sólo queremos tocar para gente de nuestra edad, pues se morirá.

-La vuestra es una banda que atrae a mucha gente joven.

-Sí, salimos al escenario y vemos familias enteras. En un pabellón para 17.000 personas no es normal que te encuentres con las primeras filas llenas de jóvenes y nosotros estamos muy orgullosos de eso. Es nuestra culpa lo que suceda con el rock: si somos capaces de generar entusiasmo en un chaval de 15 años, el rock tendrá una buena salud.

-¿Supone esta gira un punto de inflexión real en su trayectoria?

-Cada gira es un aprendizaje brutal. Más allá de la música, es como hacer un máster pero hacerlo de verdad (ríe). Puedes hacer todo lo que quieras a nivel compositivo y grabar los temas en el estudio pero las giras siempre son un punto de inflexión porque suceden muchas cosas. En ese espacio de tiempo estás con la música pero también con los músicos y con el público. Es una súper concentración; te tienes que encontrar a ti mismo, estar bien y sacar lo mejor de ti cada noche. Son una gran universidad para un músico.

-¿Qué ha pasado con ese disco que estaba componiendo?

-Lo dejé en pelotas y creo que se está poniendo frío. Estaba intentando acertar en la diana y me salían todos los tiros para otro lado. Siempre hay cosas que te gustan pero es difícil encontrar las canciones exactas, las que necesitas en ese momento. Hacer canciones no es tan difícil como la neurocirugía pero encontrar la canción que te define en cada momento es difícil, la canción que quiero cantar todo el rato porque estoy emocionado con ella. Uno tiene que hacer muchas canciones y la mayoría tirarlas a tomar por culo porque no te valen a ti. Hay un momento de tu vida, ya con 50 años, en el que solo quieres la canción exacta, a la que no le sobra nada, a la que no le falta nada y la que te define. Esa siempre se resiste a asomar la cabeza.

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