Jesús Sánchez Adalid. Escritor

"Hay muchos tópicos en torno a la convivencia de las tres culturas"

  • El autor de 'El Mozárabe' presenta en Córdoba una edición revisada del libro, en el que retrata la ciudad en época del Califato a través de la vida de un obispo y de Almanzor

Después de diez años de la publicación de El Mozárabe, una de las novelas que mejor retratan el Califato de Córdoba, Jesús Sánchez Adalid ha revisado su libro más exitoso "para hacerlo más ligero, porque entonces no escribía como ahora". El autor presenta esta tarde a las 20:00 esta reedición en el salón de actos de Cajasur-Gran Capitán.

-¿Qué ha añadido o cambiado de El Mozárabe?

-La revisión respeta la novela porque cambiarle el sentido no sería justo con los lectores. Todos los autores lo hacen cuando una novela ha tenido cierto éxito, y ésta lo ha tenido porque lleva vendidos 600.000 ejemplares. Se trata de trabajar un poco el texto y hacerlo más ligero. He mejorado la adjetivación y la articulación para hacerlo más acorde con los conocimientos que he adquirido en este tiempo, pero la historia se ha respetado en sí misma y lo que se cuenta es lo mismo.

-¿Qué hay de realidad y de ficción en esta historia?

-Hay un marco histórico que creo que es muy original. Está muy tratado, pero desde el punto de vista del Califato y los reinos cristianos del norte. Sin embargo habían desaparecido las referencias a las comunidades cristianas que permanecieron durante la dominación musulmana. Fue un periodo bastante largo. Estas comunidades, aparte de tener una cultura muy rica y muy viva, facilitaron un cauce de información cultural a través de la traducción de muchas obras porque la cultura mozárabe era políglota: sabían la lengua del Califato, tenían una lengua propia a la que se llamaba mozárabe, hablaban latín y además conocían muy bien el griego. Esto sirve para que se conviertan en un núcleo de población muy importante. Sobre esta realidad se cuenta una historia dentro de la historia. La historia sirve como marco y la ficción me permite crear unos personajes con vida propia.

-El personaje principal de esta novela es el obispo Asbag. ¿De dónde surge?

-Sintetiza en sí mismo a un mozárabe que ha llegado a aceptar su propia identidad, que se siente cristiano dentro de una cultura a la que comprende por un lado pero por otra parte no y que necesita la conciliación y la paz. Es una metáfora del idealismo de la convivencia de las culturas y las religiones. Representa que la religión debe ser integradora y en ningún caso separadora.

-¿Cómo era la convivencia entre culturas en esta época?

-Vivió diversos periodos que fueron muy diferentes. Hubo momentos de convivencia fluida, parecida a la de lugares en los que hoy día existen varias comunidades religiosas, donde cada uno vivía en sus barrios, conservando su lengua y sus tradiciones. Todos estaban ensamblados dentro de un marco jurídico-político que en este caso era el Califato. Hubo otros momentos en los que la convivencia fue muy mala, sobre todo a mediados del siglo IX. Se han creado muchos tópicos en torno a la convivencia de las tres culturas pensando que esto fue un mundo ideal. Y una cosa es lo que fue y otra lo que debería haber sido, pero a veces confundimos el deber ser con lo que fue o con lo que nos gustaría que hubiera sido. Puede servir como referente para un mundo en el que pudiera existir una convivencia real entre las culturas y las religiones.

-¿Qué relación hubo entre ambas comunidades?

-Relaciones comerciales, culturales, se dieron algunos matrimonios... Y luego había una convivencia en el marco físico de la ciudad de Córdoba. Cada uno tenía su barrio pero todos estaban dentro del ámbito de las murallas de la ciudad.

-¿Qué relevancia tuvo la comunidad mozárabe?

-Tuvo una importancia grandísima hasta que desapareció. A partir del segundo milenio tenemos muy pocas referencias de la comunidad mozárabe pero desde el año 800 hasta el 1000 hay 200 años en los que la comunidad es muy floreciente, con figuras muy importantes que han dejado escritos y sabemos que eran líderes dentro de sus comunidades, como Álvaro de Córdoba o Eulogio de Córdoba.

-¿Cómo veían los habitantes de los reinos cristianos a los mozárabes?

-Las relaciones fueron diversas. Siempre hubo una comunicación e incluso en algunos momentos se pensaba que podían ser una quinta columna que podía unirse en el caso de que avanzara la Reconquista más rápido de lo que al final avanzó. Otras veces los mismos mozárabes se sintieron cómodos y en paz en la situación que vivían. Estaban sometidos a un poder superior que era musulmán pero conservaban su religión, tradición, sus fiestas y su lengua.

-¿Qué ha quedado en España y en especial en Andalucía de los mozárabes?

-En general creo que en la cultura hispana ha quedado mucho. Nos hablan de que el castellano sería impensable sin el paso de las lenguas mozárabes. Sabemos que en el castellano hay muchas palabras del árabe pero en su estructura no tiene nada que ver con él. Entonces, si no hubiera existido el sustrato mozárabe no tendríamos la lengua que tenemos y probablemente gran parte de lo que es nuestra cultura no sería igual.

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