50 sombras para reír
Adaptación y dirección escénica: Jesús Sanz-Sebastián. Dirección musical: Guillermo González. Reparto: Miguel Ramiro, Teresa Abarca, María Blanco, Ángel Padilla, María José Santos, Celia Vergara, Sergio Arce y Eva Manjón. Música: Iñaki Quijano, Josemi Sánchez y David Hyam. Coreografía: Yolanda Torrosio. Fecha: Sábado 2 de mayo. Lugar: Gran Teatro. Media entrada.
Mayo es sinónimo de fiesta en Córdoba y el Gran Teatro con su programación se une al compromiso de agradar al público con producciones destinadas a animar el ambiente. Por esta razón, 50 sombras! el musical nos ha visitado este fin de semana.
La historia comienza con una de las habituales reuniones del club de lectura que tres mujeres maduras realizan semanalmente, pero esta ocasión será distinta: en lugar de repasar algún clásico u ojear el nuevo recetario de cocina, una de ellas ha traído un ejemplar del libro del que todas hablan. Cuando abren la tapa se adentran en el mundo particular e ingenuo de Ana y cómo su vida se transforma al conocer al multimillonario Cristian Grey. Sobre la escena aparecerán los principales protagonistas, pero de una manera algo diferente a la narrada en sus páginas. Con un tono marcadamente satírico, los pasajes más relevantes de la obra toman forma intercalando coreografías y temas musicales donde la clave de humor es la tónica permanente. Durante más de 90 minutos el público asistente disfruta y se divierte de lo lindo con este espectáculo dotado de una cobertura técnica bien empacada, muy buen acompañamiento instrumental a cargo de un trío de músicos y la magnífica calidad vocal e interpretativa de los ocho componentes del reparto que trabajan en gran sintonía y conectan con el auditorio.
Puede que Erika Mitchell, bajo el pseudónimo de E.L. James, al publicar en 2011 sus 50 sombras de Grey jamás hubiera imaginado que batiera el récord de ventas, le diera alas para escribir dos partes más y pasara a convertirse en un fenómeno que ha traspasado la barrera literaria, creando al mismo tiempo una monumental expectación con su estreno en la gran pantalla en 2015 de la primera entrega. La delgada barrera entre amor-sexo, placer-dolor, poder-sumisión siempre ha sido buena excusas para que corran ríos de tinta y son muchas las historias que basan sus tramas en ellas. La genialidad está en lograr combinarlas de forma apropiada y adaptarla a un contexto que invite a recrearse. Pese a las críticas devastadoras que califican sus relatos como "porno para mamás" la obra de Mitchell obtuvo tanto éxito que incluso ha facilitado un musical que lo parodie. Sarna con gusto no pica.
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