Un sendero a la cascada
No conozco a Házael González (Cerredo, Asturias, 1976), o Házael G., como también firma. Y sin embargo ya me lo he cruzado dos veces en el camino. O tres, para ser más exactos, pues debo contar también como encuentro Danzando con la realidad, su libro sobre Alejandro Jodorowsky. La primera vez -y espero que no me falle la memoria-, recibí una propuesta suya para editar su traducción de los relatos de Voltaire, y no hubo acuerdo. La segunda: andaba yo editando Elizabeth Bathory, el tebeo porno-gore-vampírico de Raúlo Cáceres cuando recibí el prólogo, escrito por Házael G. a petición del autor, y un malentendido casi deja el texto fuera del libro. Pero sí entró. Recuerdo que en ambas ocasiones el escritor mostró cierta vehemencia en su trato, y a mí eso, cuando denota confianza en uno mismo, me gusta.
La imagen que tengo de Házael -ya digo, sin conocerlo- es la de una personalidad consciente de sí misma, un tipo arrojado, decidido y que no rechaza el delirio. De modo que recibo este estupendo libro de Dolmen, primero que se publica en nuestro país sobre la obra fílmica e historietística del genial chileno y no me sorprende en absoluto descubrir quién lo firma. Pues lo antes dicho son cualidades perfectas para encarar el universo hermoso, singular y transformador de Jodorowsky. Como sabe el que lo practica, leer al autor de El topo equivale a vivirlo, y no se puede disociar su poética de su condición de maestro vivo. O mejor dicho, se puede, pero implica perderse uno de los escasos accesos que quedan hoy día, desde el arte, a la maravilla. Aquí tienen esta guía, que desde aquí alabo, agradezco y recomiendo, por si se quedaron cortos, se pasaron de largo o por si, sencillamente, quieren avanzar en la buena senda.
Házael González. Dolmen. 176 páginas, 18 euros
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