Cultura

El refugio para la espera

  • Un grupo de tuiteros difunde mensajes desde una taberna y los miembros de la Cofradía del Salmorejo se reúnen en otra hasta la hora del fallo del jurado

Ningún cordobés es responsable de que el fallo del jurado se produjera a las cinco de la tarde. En estos días, en esta ciudad, a esa hora se está a buen resguardo para evitar el fuerte calor que azota todo lo que se le ponga por delante. Pero esta circunstancia no impidió que muchos cordobeses quisieran seguir en directo en el Ayuntamiento la retransmisión del veredicto del jurado, pero había que buscar un refugio para hacer la espera más llevadera.

Hubo grupos que recurrieron al clásico método que quedar en la esquina de David Rico, otros tomaron café en Siena y fueron testigos de una de las anécdotas de la jornada, cuando uno de los policías locales que prestaba servicio en Las Tendillas recibió la noticia de que iba a ser padre en breve, puesto que su mujer iba camino de un centro sanitario.

Las camisetas azules eran la tónica dominante en las calles del centro a esas horas, cuando los termómetros urbanos llegaban a los 46 grados. Había poco tráfico y muchos peatones que dirigían sus pasos a la calle Capitulares, donde el vestíbulo del Ayuntamiento estaba prácticamente colapsado casi una hora antes de que comenzara el acto.

Muy cerca de allí, en La Cazuela, estaban reunidos los componentes de la Cofradía del Salmorejo. Querían vivir de cerca un momento histórico y escogieron esta taberna de La Espartería para degustar un menú de platos cordobeses en el que no faltó el salmorejo. Antonio Ramos explicó que la idea surgió en la última investidura de miembros de la cofradía y compartir juntos unos sentimientos que finalmente no pudieron ser de euforia. Pero el acto en el que tenían puesta su mayor ilusión fue en el que se celebró por la noche en la antigua caseta de Círculo de la Amistad. Allí, gracias a la colaboración de numerosas firmas cordobeses, se pudo ofrecer salmorejo a los voluntarios de la Capitalidad y a los cordobeses en general como muestra de gratitud por el esfuerzo realizado estos últimos años.

Entre los comensales de La Cazuela estuvo el presidente de la Asociación de Agencias de Viaje, Antonio Caño, quien a la vista de la decisión del jurado indicó que "a partir de ahora tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para aprovechar el tirón" generado hasta ahora.

El jefe de cocina del parador de La Arruzafa, Timoteo Gutiérrez, señaló que los turistas que llegan a este alojamiento "ven que hay una excitación, que la ciudad está agitada porque hay acciones en la calle, como la de poner camisetas a las estatuas, que cuando se les explica ven que los cordobeses están involucrados en el proyecto". También muy cerca del Ayuntamiento, en la taberna La Espiga, un grupo de tuiteros se preparó para una tarde que en principio iba a ser más intensa de lo que finalmente fue. El promotor de esta quedada fue Juan Antonio Gavilán, director de la revista y de la web Andalocio. Responde al nick de @andalocio y explicó que después de que, por unos motivos y por otros, Córdoba fuese el asunto más seguido en la red social Twitter había que intentarlo otra vez. "Pensamos que el movimiento fuera visible y quedamos cerca del Ayuntamiento, para conocernos y ponernos cara, a pesar de la hora, buena para Burgos pero criminal para Córdoba", añadió.

Gavilán destacó el respaldo que la candidatura cordobesa ha conseguido en las redes sociales, con más de 1,5 millones de mensajes, por ejemplo, el pasado lunes y el respaldo expreso de personajes como el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, la cantante Pastora Soler o los actores Santi Rodríguez y el cordobés Fernando Tejero. Ninguna otra ciudad candidata a la Capitalidad ha contado con un apoyo similar.

En la mesa de al lado de Gavilán estaban Ángel Mata y Pablo Agüera, @JohnPardolta y @pabloawera, respectivamente. Ambos son unos auténticos iniciados y no hay secreto en Twitter que se les resista. A la vez que tecleaban en sus teléfonos, Ángel comentó que el lunes por la tarde estuvo mandando mensajes mientras estaba en una clase de FP, porque "un tuitero es alguien con ganas de expresar la actualidad en menos de 140 caracteres". Para Pablo, en cambio, "es un comunicador en tiempo real, es vivir la ciudad en directo". Así la espera se hizo más llevadera.

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