"La realidad suele ser muy ramplona, muy vulgar, no supera la ficción"
Andreu Martín. Escritor
El autor presenta dentro de 'Letras Capitales' su novela 'Cabaret Pompeya', en la que narra la amistad de tres jóvenes desde que se conocen en 1920 hasta la posguerra española.
Andreu Martín (Barcelona, 1949) presenta esta tarde a las 20:00 en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía su novela Cabaret Pompeya, unlibro que narra la historia de amistad de tres jóvenes que se conocen en la convulsa Barcelona de 1920 y que irá más allá de los duros ataques de la Guerra Civil y la posguerra. Agentes dobles, tanguistas, comisarios, anarquistas y maquis desfilan por las páginas de esta novela policiaca en la que se mezclan odio, amor, injusticias y venganzas. Andreu Martín es escritor y guionista de cómic, cine y televisión, y está considerado uno de los maestros indiscutibles del género negro.
-¿De dónde surge Cabaret Pompeya?
-Por una parte de cantidad de anécdotas que yo contaba y que mis amigos me insistían en que tenía que escribir, eso que nos dicen siempre a los novelistas. Descubrí mientras lo escribía que estaba claro que necesitaba contarlas. Tienen que ver mucho con recuerdos de niño, con mi vida de infancia, aunque no quiere decir que yo haya vivido entre gángsters y en toda esa patúlea extraña. El que la lea se dará cuenta de la sinceridad de la novela.
-Una vez más sitúa la narración en Barcelona. ¿Qué tiene esta ciudad para que tantos autores de novela policiaca se centren en ella?
-Lo que tiene para mí es que he nacido en ella y es la ciudad que más conozco. Es decir, que me cuesta menos trabajo escribir sobre Barcelona que sobre cualquier otro sitio del que tendría que documentarme muy profundamente. El lugar donde ocurre una novela es muy importante, es casi otro personaje. Sería muy difícil si yo me fuera a Granada o Córdoba y tratara de escribir una novela de cualquier tipo en el que la ciudad tuviera especial protagonismo. He ambientado una novela en Gijón y otra en Zamora, pero teniendo amigos muy íntimos allí que me enseñaron los lugares y luego me corrigieron las cosas que se me habían escapado.
-¿Cómo ha sido el trabajo de documentación para Cabaret Pompeya?
-Muy arduo porque sabía de qué quería hablar pero a cada paso me daba cuenta de que los protagonistas, concretamente mi padre, mi tío, mi madre o gente a la que yo había tenido acceso, no me habían contado nada, al menos la esencia del asunto. De manera que yo sabía que en Argelès, al sur de Francia, hubo un campo de concentración donde metieron a los españoles que huían del triunfo de Franco. Pero ¿cómo era aquel lugar? Mi padre nunca me lo explicó, y he tenido que investigar testimonios de gente que sí estuvo allí. ¿El campo de concentración de Miranda del Ebro? Tres cuartos de lo mismo. Lo que me contaba mi padre de allí eran momentos divertidos que él había pasado, como cuando uno ha hecho la mili y se acuerda de los momentos más entretenidos. Cuando yo investigo lo que era un campo de concentración franquista se me ponen los pelos de punta y pienso: ¿por qué mi padre nunca me contó esto?
-¿Son reales los lugares que aparecen en la novela? ¿Existió Cabaret Pompeya?
-La mayoría lo son. Cabaret Pompeya existió. De hecho la novela nace de una anécdota que me cuenta un tío mío que era bandoneonista (en la novela sale un bandoneonista pero no es él). Un día me dijo que su padre había salido en primera plana de todos los diarios porque era el gerente de un music hall que se llamaba Pompeya que estaba en el Paralelo de Barcelona y allí pusieron una bomba. Entonces fui a la hemeroteca y descubrí que era cierto. A partir de ahí me documenté y ¿sabes de aquello que de repente las batallitas del abuelo se convierten en verdad?
-Usted es un autor muy prolífico que también se ha dedicado a la literatura infantil y juvenil. ¿Tiene pensado volver a este público?
-Sí, siempre. Todo aquel género que me da satisfacciones no lo abandono. Pero lo digo incluso desde el punto de vista de la gratitud, por ejemplo el mundo del cómic hoy día no da para vivir pero yo no lo abandono porque aprendí a escribir con el cómic, es decir, yo soy escritor gracias al cómic, soy quien soy por él. Lo mismo podría decir de la novela juvenil, que además te da satisfacciones económicas. La alterno con novelas que me han ocasionado más sangre, sudor y lágrimas. Por ejemplo, cuando el Cabaret Pompeya me hacía sufrir mucho, desde un punto de vista positivo, luego escribí novela juvenil. Ahora he escrito otra novela para adultos, también bastante complicada de realizar, pues después hago novela juvenil. Es un terreno refrescante y agradecido.
-¿Cuáles son las claves para atraer a los jóvenes a la novela negra?
-El problema es introducir a los jóvenes en la novela, en la lectura. La ventaja que el género policiaco tiene sobre cualquier otro para captar lectores es que su base es el juego. Este género nace con Edgar Allan Poe como un juego de ingenio y el juego es evidentemente una de las mejores maneras para captar la atención de los jóvenes. Si además les das emoción o transgresión... Tiene muchos elementos que resultan atractivos para los chicos.
-¿Le inspira la actualidad que vivimos para escribir?
-Claro que sí, lo que pasa es que no me gusta nada cuando dicen que la realidad supera a la ficción. No es verdad. La realidad suele ser muy ramplona, muy vulgar, no supera la ficción. A menos que te encuentres una noticia de esas que dicen que un señor se ha comido a su mujer o algo parecido. Normalmente es muy vulgar. Ahora mismo estamos hablando de una pandilla de chorizos inmensa, y son chorizos, son señores a los que se les confía un dinero y se lo meten en el bolsillo. Esto es tan burdo y tan ofensivo... Claro, ¿qué épica hay detrás de eso? No hay ninguna emoción. Entonces lo que tiene que hacer la ficción es descubrir la poética que puede haber detrás de eso. De momento la realidad me inspira haciéndome pensar que si me esfuerzo un poco voy a encontrar mucha poética pero de momento no la he encontrado.
-También ha tenido una incursión en la literatura erótica, muy de moda ahora por Cincuenta sombras de Grey. ¿Se animará de nuevo a tocar este género?
-Bueno, podría ser, no le hago ascos a ningún género. Antes he hablado de que detrás del género policiaco hay un juego pero en realidad tendría que haber dicho que detrás de todo género hay juego. La novela de género consiste en aceptar un desafío por parte del lector. Para jugar al género el autor tiene que ponerse en esa clave, tiene que conocer cuáles son los elementos que le está pidiendo el lector y cuáles son los que le va a dar. Es un juego y a mí me gusta jugar, acepto este tipo de desafío y me anima mucho hacer cualquier tipo de género.
También te puede interesar
Lo último