Las pinturas de Carducho para El Paular se reúnen tras casi dos siglos
El Prado restaura 52 lienzos que estaban depositados en diferentes lugares de España, algunos de ellos en la Catedral de Córdoba, y los reúne en el monasterio cartujo
Las 52 pinturas de la serie que Vicente Carducho realizó para el claustro del Monasterio de Santa María del Paular han vuelto a reunirse en su ubicación original, después de casi dos siglos de dispersión. Los más de 40 metros de galerías del claustro se han enriquecido con las pinturas en las que Carducho (Florencia,1576-Madrid,1638) narró la historia de la orden de los Cartujos.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, presentó ayer la recuperación de la serie en un acto en el que recordó que las 52 obras que se conservan en la actualidad han sido recuperadas y restauradas bajo la dirección del Museo del Prado, propietario de las mismas. Otras dos pinturas de la misma serie desaparecieron en Tortosa durante la Guerra Civil española.
La reintegración de las obras ha sido posible gracias a la implicación de la Dirección General de Bellas Artes, que ha gestionado la rehabilitación del claustro gótico del monasterio para su nuevo uso como sede permanente de la serie.
Las obras fueron creadas por Carducho para este espacio, en el que permanecieron durante más de dos siglos hasta aproximadamente 1835 en que tanto la Cartuja como las pinturas fueron afectadas por la desamortización de Mendizábal. Ni el prior Juan Baeza, que en 1626 hizo el encargó, ni Carducho "podían imaginar que el mayor ciclo pictórico fuese extirpado y diseminado. Ahora, tras dos siglos, culmina con un final feliz. Lo que se sacó de los muros regresa a ellos", afirmó la ministra.
El monasterio, que ha recibido también la devolución de la Ultima cena de Eugenio Orozco procedente del Museo Cerralbo, pertenece al Estado desde 1876, y en 2014 concluirá el convenio de cesión a la orden benedictina, firmado en 1954 y renovado en 1984. González-Sinde señaló que el ministerio está trabajando en una propuesta de gestión integral del conjunto que se presentará próximamente.
Sobre la inversión realizada, que desde 1996 asciende a 11.461.884 euros a los que se suman los 770.000 euros que ha costado la restauración de las pinturas, consideró que "está a la altura de la magnitud del proyecto". Las pinturas de Carducho no son sólo una obra de arte "sino una fuente de pensamiento religioso", según González-Sinde, quien deseó que la devolución de las obras ayude a los que viven en el monasterio a sus fines de meditación y reflexión. "El claustro recibe aquello que nunca debía haberse ido, su tesoro".
A partir de 1835, los lienzos se arrancaron de los muros para su trasladado al convento madrileño de la Trinidad, donde pasaron a formar parte del Museo Nacional de Pintura y Escultura, que abrió sus puertas en 1838. El Museo de la Trinidad cerró en 1892 y sus fondos pasaron al Museo del Prado. Las grandes dimensiones de los cuadros imposibilitaban su exhibición y almacenamiento, por lo que se distribuyeron por diferentes museos e instituciones españolas. Algunos de ellos llegaron a la Catedral de Córdoba, donde han permanecido hasta hace unos años.
El Prado inició en el año 2000 el proceso de recuperación de la serie pictórica más completa y ambiciosa jamás realizada sobre la orden de los cartujos. El artista concibió las grandes telas como pintura mural y los lienzos, de 3,45 por 3,15 metros, fueron colocados en principio sin bastidor sobre los muros.
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