Más de 40.000 personas arropan a Madonna en su concierto de Sevilla

La cantante resumió los hitos de su carrera en el 'show' 'Sticky and Sweet'

La diva del pop, en perfecto estado de forma, durante el concierto ofrecido anoche en Sevilla.
La diva del pop, en perfecto estado de forma, durante el concierto ofrecido anoche en Sevilla.
Agencias / Sevilla

17 de septiembre 2008 - 05:00

Pocas veces una ciudad es testigo de un desembarco tal de medios técnicos y humanos para albergar un espectáculo musical. Madonna superó anoche cualquier precedente y actuó ante una aforo estimado en 40.000 personas, que fueron accediendo hasta el Estadio Olímpico de la Cartuja desde las seis de la tarde. No obstante, los que querían disfrutar de una buena panorámica del escenario llegaron a primeras horas de la mañana -los más valientes lo hicieron de madrudaga desafiando al frío- en una serpenteante cola multicolor en la que no faltaban las sombrillas de playa y gorras para refugiarse del bochorno vespertino.

La artista, la cantante, el mito... no defraudó en absoluto y así se lo hicieron saber sus miles de fans que corearon y bailaron con fervor los temas de su última gira, Sticky and Sweet Tour.

La cantante comenzó puntual su concierto, que contó como teloneros con la sueca Robyn y el pinchadiscos español Wally López. Después desarrolló durante alrededor de dos horas de enérgica puesta en escena un repertorio dividido en varios apartados: Pink, donde la cantante lució diseños de Givenchy y rendió homenaje al Art Deco de los años 20; Old School, donde rememoró la década de los 80 en Nueva York, con diseños de Jeremy Scott y flashes de Keith Haring; Gipsy, un retorno a la Isla Bonita, envuelto en el espíritu de la música folk y el baile con raíces rumanas; y Rave, donde se adentró en el mundo futurista con un toque del lejano oriente.

La norteamericana -que el pasado mes de agosto cumplió 50 años- hizo gala de su envidiable estado físico con atrevidas coreografías en las que no paró ni un segundo.

Tras su último concierto, celebrado en Lisboa el pasado domingo, la artista aterrizó sobre las 17:00 horas en el aeropuerto sevillano de San Pablo a bordo de un jet privado y se dirigió al fastuoso hotel Alfonso XIII, ubicado en pleno centro de la capital andaluza.

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