Un 'paseo' de gloria de Vicente Amigo
Vicente Amigo consiguió llenar ayer el Gran Teatro, un lugar en el que no actuaba desde 2006 y que aplaudió con entusiasmo el concierto, dedicado al diestro José Tomás, que ofreció el guitarrista cordobés
Entre su gente, entre sus amigos y admiradores, en esa ciudad que para él es un remanso de paz y en la que descansa después de sus conciertos volvió a actuar ayer (y lo hará también esta noche) el artista cordobés Vicente Amigo. Y de fondo, las tablas del Gran Teatro, cielo que llevaba tres años sin pisar este ángel cuyo instrumento es la guitarra y la música su diosa. Silencioso, sereno y tímido hasta el extremo, cualidades que contribuyen a su engrandecimiento; meticuloso y persistente, características que lo elevan como uno de los tocaores más importantes del mundo.
Ayer, en el coliseo cordobés los nervios afloraban en los espectadores, deseosos de conocer en primera persona el último trabajo de Vicente Amigo, un Paseo de Gracia de gran sencillez y coherencia, como él mismo lo ha descrito en varias ocasiones, y de escuchar también los temas de anteriores discos en un concierto que el guitarrista dedicó al diestro José Tomás. Frente a esta inquietud, apareció solo, sobre el escenario del Gran Teatro, el sosiego del guitarrista para interpretar el primer tema: Córdoba. Mucho se esperaba de este concierto. Tres años sin actuar en el coliseo -ni un alma más cabía ayer en este cielo-, y pocas (nulas) apariciones en festivales y actos culturales de la ciudad. Pero regresó el maestro.
El público, ansioso de ver espectáculo, de escuchar los sonidos de Amigo, agradeció con sus aplausos y sus olés cada nota, cada melodía, cada pizca de entusiasmo del artista, que al principio no pudo dominar del todo sus nervios (aunque anoche estaba en el cielo, este ángel también tiene debilidades humanas). Entre los espectadores hubo bastantes caras conocidas, desde el doctor Manuel Concha, hasta los bailaores Javier Latorre, Rafael del Pino e Inmaculada Aguilar; pasando por el futbolista Javi Moreno, el líder del PP cordobés, José Antonio Nieto y el concejal del PP, Rafael Jaén; entre otros. Y también estuvo el otro maestro y gran amigo del guitarrista, José Tomás, al que dedicó su actuación "con toda mi alma".
Antes de interpretar el segundo tema, Mensaje, con todos los músicos, Vicente dedicó unas palabras a su público, sincerándose y casi disculpándose por las pocas apariciones que realiza en la ciudad. En él mostró la "ilusión acumulada" y el "miedo por tocar en Córdoba" y ante todos sus amigos, aunque también comunicó un deseo personal: "Que ustedes se vayan con algo grande mío".
En esta importante actuación, una prueba de fuego -su ciudad, su gente, las expectativas que siempre acompañan cada una de sus "comparecencias"...- que ha dilatado en el tiempo y que finalmente afrontó con valentía, estuvieron a su lado sus músicos de siempre. Juanma Ruiz al bajo, Rafael de Utrera y Miguel Ortega al cante, José Manuel Hierro como segunda guitarra -tan nervioso como el maestro-, Patricio Cámara y Paquito González a la percusión, y Alexis Lefêvre al violín lo acompañaron en este reto. Y para poner la guinda a este espectáculo, como invitados aparecieron Nani y Lin Cortés y el bailaor cordobés Daniel Navarro, que hizo de palmero y más tarde adornó algunos temas de Paseo de Gracia con sus movimientos, o para dar unas "pataítas", como dijo ayer Vicente Amigo.
Durante más de hora y media de un tirón, el guitarrista repasó composiciones anteriores y presentó sus nuevos temas, reflejo del momento vital que pasa, de la madurez artística que ha conseguido gracias a su capacidad musical, a su trabajo, a su ascenso, escalón a escalón, hacia el lugar donde están los más grandes del flamenco. Tangos del Arco Bajo, Autorretrato, el Bolero del Amigo, Azules y Corinto, Un momento en el sonido... Hasta finalizar con el tema que da nombre a este disco, Paseo de Gracia. Quería ofrecer lo mejor de sí mismo a su público. Y sí, lo consiguió.
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