"Soy partidaria de hacer música que suene muy internacional cantada en castellano"
Vega. Cantante
La cordobesa se encuentra de gira con su nuevo disco, 'La cuenta atrás', que presenta un punto más rockero que los anteriores y melodías más contundentes · Propone una reconciliación entre público e industria
Cuenta Vega (Córdoba, 1979) que cogió sus ahorros -acumulados por unos cuantos años de buenas canciones y éxitos coreados, de conciertos sin demasiados focos y un tesón incuestionable- y se marchó a Los Ángeles para hacer el disco que quería, el que tenía en la cabeza "desde hacía mucho". Con la maleta repleta de letras, sentimientos y desengaños -por la industria discográfica, los clichés y el éxito instantáneo (se nos olvidaba comentar que Vega formó parte de la segunda edición de Operación Triunfo..., pero a estas alturas ¡a quién le interesa este dato!)-, se rodeó de los "mejores productores y músicos" para poner en marcha La cuenta atrás (Sony Music, 2011). En plena gira, esta publicista cordobesa de belleza hipnótica se siente arropada por una legión de seguidores con los que habla de tú a tú por Twitter.
-¿Qué quería con este disco?
-Me apetecía que fuera más rock que el anterior [Metamorfosis, Universal Music, 2009], con melodías más contundentes... En cuanto a las letras, todas hablan de lo mismo: del amor, del desamor. Las canciones dependen de las vivencias del autor y de la edad. Cualquiera de los temas que hay en La cuenta atrás no es extraño para mí, ya los toqué en India [Vale Music, 2003], lo que pasa es que el punto de vista no es el mismo con 23 años que con 33.
-Le dedica A tientas a Luz Casal y suena a ella, realmente.
-La admiro muchísimo, para mí es un referente, sobre todo su primera etapa, cuando hacía más rock. Del disco, mis canciones favoritas son ésta y Requiem, pero como artista necesito todos los registros, unas veces alegres y otros más intimistas. Me preocupo de que mis trabajos estén muy compensados. Cuando alguien compra un disco es para escucharlo entero y encontrar un tema para cada momento del día.
-¿Son importantes las ventas?
-No es que me dé igual ni me deje de importar, para mí son datos que cuando vienen buenos, vienen buenos, y si son malos... Para como está la industria, me ha ido muy bien, pero las ventas no determinan nada. Conozco discos que venden muchísimas copias -dentro de las cifras de España, que son mínimos- y luego en los conciertos no tienen gente. La industria no me condiciona, yo lo que hago son canciones e intento llevarlas a un escenario. El formato mediano, con aforo de 500 a 800 personas, me permite quedarme al final del concierto para saludar y agradecerle a la gente que haya venido. Lo llevo haciendo diez años. El contacto con el público es un campo de cultivo donde recojo historias para mis letras.
-Su faceta menos conocida es la de compositora para otros cantantes.
-Me considero un sastre, hago canciones a medida. Es mucho más personal para un intérprete cantar una canción que han hecho expresamente para él que un tema que podría ser para cualquiera. Mi repertorio no tiene nada que ver con David Bisbal y, sin embargo, cuando me encargaron una balada para él lo hice pensado en su estilo y escribí Ruido. Ahora mismo es su single -del disco con el que se presentó en noviembre en el Teatro Real-. Me enorgullece ver que hay un público al que yo no llego con la música que canto pero sí a través de otros intérpretes.
-Orange le encargó el tema Let's open the door para una campaña publicitaria.
-Fue la fusión de mis dos facetas: publicista y compositora. Yo estudié Publicidad porque me quería dedicar a la música para anuncios.
-¿Grabaría un disco en inglés?
-Parece que está muy de moda eso de cantar en inglés. Me gusta cantar en inglés y muchas veces compongo primero en inglés y luego traduzco al castellano. Soy una gran defensora de nuestra lengua, que es riquísima, y partidaria de hacer música que suene muy internacional cantada en castellano. Los artistas hispanos no debemos perder de vista que somos capaces de hacer música que suene tan internacional como la de los anglosajones. Pero no descarto hacer un disco en inglés.
-Le siguen unas 35.000 personas en Twitter. ¿De qué le sirve?
-Las redes sociales son una ventana nueva donde plantear una relación entre artista y público impensable hace sólo unos años. Crea vínculos muy fuertes y fideliza. Obviamente, estás más expuesto a la crítica, pero eso ya existía antes, lo que pasa es que ahora la confrontación es directa.
-¿Y qué me dice de la Ley Sinde?
-Internet ha facilitado que no haya formatos estándar y que la gente pueda testear y saborear un disco antes, por Spotify o Youtube. Pero cuando quiera tener la copia original, que pague un precio justo, no lo que se venía pagando antes. Hay que llegar a una reconciliación entre público e industria. La música es un oficio del que comemos no sólo los artistas, sino profesionales que dependen de mí, de que me suba a un escenario porque la gente ha pagado por verme y ha escuchado mi disco.
También te puede interesar